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El Sillón Naranja Y La Ventana – UnPoetaAlRevez

¿Cómo se comienza a contar una historia para justificar el porqué de una venganza?

-No lo sé…

-Bueno, empezare por el inicio, ¿no? creo que es lógico.

Me encuentro sentado en mi sillón naranja, resulta que todos los domingo tenía por costumbre quedarme tumbado todo el día en mi sofá; supongo que si me afectaba lo que sucedía en el mundo, pero al ver que no podía hacer nada solo me lanzaba a dejar pasar los minutos… en fin; sucede que los últimos domingos de cada mes escuchaba siempre a la misma hora, 2:00 pm, la misma pelea entre mi vecina y otro señor que nunca supe quién era, esta consistía en hablarse suave al principio, oír unas cuantas suplicas de mi vecina, luego escuchar como subía la intensidad de la conversación y terminar siempre con un aventón de la puerta de parte del amante de mi vecina, el cual vivía con ella, y el sonido de unas llantas marcharse de tal lugar…

-¿Quieres decir que escuchaste lo mismo durante meses y no hacías nada?

-¿Que iba a hacer yo? el caso es que estaba relacionado con algo de la renta o de los impuestos o con una de esas miserias que nos roban…

Bueno no me enrollo; resulta que un día en particular, el viernes precisamente, me encontraba yo realizando una de mis reseñas de un libro que leí; ya estaba en las últimas horas del atardecer y de repente oí algo incómodo… Debo señalarte que en el vecindario en el que vivía jamás había un sonido en toda la calle, realmente era muy raro, por eso cada vez que sonaba algo se me hacía muy extraño y peculiar…

¿En qué iba?

-Sonidos incomodos.

-Correcto, resulta que desde ese momento fue que me empezó a parecer que algo extraño iba a suceder, me asome por la ventana que daba a la calle y vi a mi vecina entrando a su casa con una especie de plástico negro, unas bolsas, grandes a mi parecer, pero no le di importancia y continúe en lo mío, como siempre lo hago.

Esto sucedió el día viernes, al día siguiente, en horas de la tarde, llego una camioneta con unos contenedores de platico, tres para ser exactos, uno azul, uno gris y uno verde; al principio no entendí la razón, luego al asomarme por la ventana por segunda vez en la semana, lo cual es muy raro, me percate que la vecina le entrego unas hojas al caballero que coloco estos contenderos en la calle, fue ahí donde recordé que esta empresa de canecas había pedido al vecindario una recolecta de firmas para colocar estos contenderos y hacer más fácil la recogida de la basura, supuse que fue mi vecina quien se encargó de recolectar dichas firmas.

-Ok, pero aun no entiendo porque estas acá, ve al grano.

-Vale, resulta que llego el día domingo con su monotonía, bueno eso creí yo, me encuentro sentado en mi sofá, y de repente llega el señor a debatir con mi vecina, como de costumbre, pero esta vez este caballero entro a la casa, esto lo supe porque oí como se disminuía el sonido de las voces y como se cerraba la puerta, en ese momento me pareció muy extraño pero no me levante solo seguí en mi sofá naranja.

Al cabo de unas horas escucho la puerta abrirse y veo por la ventana salir a este caballero, el sin mencionar una sola palabra, se sube al coche y se va. Se me hizo muy peculiar, pero bueno, solo me acosté ya que era tarde.

A primera hora de la mañana, la vecina de enfrente sacó una gran bolsa de basura de casa y la arrastró hasta el contenedor verde que había en la calle. Yo ya me había despertado y vi todo esto por la ventana, fue muy raro ver esta escena ya que mi vecina no actuaba como de costumbre, y yo era un hombre de vivir entre muchas costumbres…

-Pero bueno aun no entiendo como llegaste aquí…

-Lo que pasa a continuación es él porque… Mira, yo salí de mi casa y me acerque para ver que había en esta bolsa, ese día en especial se me hizo totalmente caótico y nada común, me acerque un poco dudoso y abrí la bolsa, lo que vi me lleno de espanto, resulta que encontré en aquella bolsa al caballero que ya te había mencionado antes, el que discutía con mi vecina, ahí entendí todo…

Creo que puedes unir tú mismo los cabos, ¿no? Pues todo cobro sentido en solo unos segundos, todo lo planeo mi vecina, las bolsas, el contendedor, el dejar entrar a casa al caballero, que el personaje que saliera fuera el amante de mi vecina disfrazado de la ropa del señor que ahora hallaba en la bolsa… Fue entender todo esto y agarrar inmediatamente el celular para llamar a la policía.

-¿Pero si fue así por qué llegaste acá?

-si… resulta que estoy con el celular en mi mano, estoy a punto de oprimir el botón verde para llamar, y siento un fuerte dolor en la parte de atrás de mi cabeza, ¡había recibido un fuerte golpe de mi vecina! Me gire y la mire, un poco desconcertado del porque hacia esto, pero sus ojos me dijeron todo aunque no lo creas, vi la preocupación de que mi vecina se iba a quedar sin casa, abrí la boca para decirle algo e inmediatamente sin titubear levanto sus brazos y agrestemente los bajo golpeando mi cabeza con un tubo… a partir de ahí solo veo negro, y acá estoy frente a ti con deseos de venganza.

-¿Y sabes quién soy yo?

Soy el diablo. Pero… con mucho gusto te daré venganza.

FIN

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Elogiable Entereza… (Experimental Filosófico)

ELOGIABLE ENTEREZA
(Experimental filosófico)

En la roca la entraña se baña. ¡Porosa!.
De suspiros llena y rosa. ¡La roca!.
Sus nerviosas manos extendiendo.
Persuasivos pirueteados.
Y nada turba en el mar la brisa,
cazando a los minutos alevosos,
en la urna del misterio esquivo.

¡El eyecte ejerced!.
El embeberse enmenden.

En la ceniza desamparado,
el tiempo al olvido consume.
¡Tan pálido y perdido en el ayer!.
El desconcierto acierta en concierto.
Del ayer los sueños todos. Duermen.
Con la gracia sin igual del espejo.
¡Al ser flores de los confines!.

El enrede entretejen.
¡Enfrenen el emerger!.

La corriente besan los murmullos,
de la mísera paz dónde mueren,
y donde el anhelo se derrumba.
En la estatua desnuda descansando,
en la calma, sensual, teme al cristal.
¡Dúlcido y lento el nuevo día!.
Porque flores mañana y abrojos hoy vierte.

Al abarcar y abrasar.
Abaratan al acampar.

En tanto tenues al mutismo tejen.
¡Qué lóbrego el horizonte brilla!.
¡Cuánto color de oliva afila!.
En las pestañas conversa audaz,
una vez esmeraldas al tatuarse.
Las horas de pétalos al secarse.
¡En la orfandad del albor!.

Ese éter eleven.
El encele enerven.

¡Por dónde el precipicio escapa!.
Entre líricas palomas pródigo,
la eternidad ligera pende.
Hacia el silencio. ¡Y muriendo vive!.
En la dicha del salmón,
con el árbol iracundo.
En tanto alcanza el túnel.

Incidid, insistí.
Infringid, inscribid iris.

Al agua sin tener nada. ¡De sed!.
Y aún en la sed nadando.
Cuidando a la plaza el césped,
con la armadura y su ternura.
¡Porque dura lloviendo lancinante!.
La entereza que suma sombras.
Al virginal fulgor de los recuerdos.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
(Tanto del texto como de la imagen)

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Don’t Be Afraid 2

Mi ángel guardián 

¿Qué había dicho?¿Cómo sabía mi nombre?¿Quién era esa persona y cómo sabía mi nombre? Estaba muy confundida y necesitaba recibir respuestas pronto. Antes de pensar lo peor y llamar a la policía por acoso.

-¿C…Cómo s…sabe usted mi nombre?-tartamudeé

-Te conozco desde ya hace un tiempo Sophie-dijo con simpleza

-¿Hace cuanto tiempo? -le pregunté con temor

-Digamos que desde que tu naciste-me respondió. Abrí los ojos como platos ante tal respuesta

-¿Quien eres?-le pregunté firme, aunque por dentro estaba más que aterrada

-Soy tu ángel guardián

Esto definitivamente era una broma. Pero, él me había respondido tan seguro de sí mismo que, no parecía que estuviera bromeando. Sin embargo estaba más que segura de que sólo se trataba de un muy buen actor por lo que no pude evitar soltar una carcajada.

-No en serio, ¿cómo sabe mi nombre?

-Ya te lo dije. Soy tu ángel guardián. Y creo que no te conviene hablar conmigo ahora. Hay mucha gente aquí

-Y eso qué-dije sin tomarle importancia

-Tú eres la única que puede verme. Soy invisible para los demás.

-¡Ja! Si claro

No creía ni una sola palabra de lo que decía. Hasta que una mujer se acercó hacia mi con preocupación en su rostro.

-Señorita-me Habló-¿Está usted hablando con alguien?

-Am sí. Estoy hablando con él -le respondí señalando a mi supuesto ángel.

-Perdoneme pero, aquí no hay nadie

Bastó con esas palabras para darme cuenta de que algo no andaba bien, ¿acaso todo esto era una broma demasiado bien elaborada?
Me fui corriendo lo más rápido que pude.

Corrí desde el parque hasta mi casa sin detenerme. Al llegar, y justo antes de abrir la puerta, traté de tranquilizarme y actuar como si nada hubiese ocurrido en aquellos minutos atrás.

Entré con una sonrisa, demasiado fingida diría yo, pero estaba demasiado nerviosa como para actuar normal, ¿Tú cómo actuarías después de que un completo desconocido te dijera que es tu ángel guardián? Definitivamente actuarías como yo o tal vez no.

Trate de evitar a mi mamá y a mi papá después de todo él estaba a punto de regresar a su trabajo.

Mi papá era el jefe de una empresa muy reconocida por lo que siempre hemos sido de esas familias adineradas, eso fue lo que provocó que durante una etapa de mi primaria me apodaran niña rica, pero era en buen sentido, al menos la mayoría de las veces.

En cuanto a mi mamá ella era repostera, hacia los mejores postres que podrías imaginar. Era su propia jefa y Valery y yo la ayudábamos muy seguido. Tenía su propia repostería a sólo unas esquinas de nuestra casa.

Mi plan de evitar a mis padres; resultó mi mamá estaba ayudando a mi papá con no sé que, creo que era algo de su corbata o tal vez le estaba limpiando algo de la cara, no me fijé mucho en eso.

Todo iba bien estaba a punto de subir las escaleras e irme a mi habitación, pero no contaba con la presencia de Valery ¡No se suponía que estaba…! oh claro ella ya no estudia.

Bueno ya no va a la escuela, no una normal, si no que lo hace por internet. Ella toma unos cursos de escritura en línea,y para serles franca yo igual quisiera ser eso. Escritora.

Debido a que ella estaba en casa, se dio cuenta de que algo no estaba bien conmigo.

-¿Te ocurre algo? -me preguntó antes de comer una cucharada de su helado de fresas

-No, para nada-mentí con la respiración agitada. Aún mi pulso no era normal

-Entonces por que estás toda llena de sudor-me dijo con la boca llena de helado

-Creí que alguien me seguía -más mentiras

-¿Segura de que todo está en orden?

-Claro, sólo necesito ir a mi habitación a… ¿pensar? Sí, pensar -dije llena de nervios. Valery sólo se encogió de hombros y se fue

Subí las escaleras, esta vez con más calma, al entrar a mi habitación tiré mi mochila en quien sabe que parte del lugar y me tiré a mi cama, cayendo con la cara encima de una almohada.

-Al menos ese loco no me siguió a casa-dije mientras abrazaba mi almohada

-¿Cuál loco?-escuché una voz junto a mí. Era de la misma persona que me había encontrado en el parque

Me levanté enseguida de mi cama y tomé mi almohada como arma, algo demasiado tonto ahora que me doy cuenta.

-¿Q…quién eres tú?¿Cómo lograste entrar a mi habitación?¿Qué quieres de mí?

-Primero que nada baja esa almohada y en segundo, ya te lo dije soy tu ángel guardián

-No te creo nada. Si eres un ángel entonces, ¿por qué no tienes alas?

-Eso es por qué los ángeles no todos los ángeles tienen alas

-Mamá. Papá. -grité, pero él me interrumpió antes de que pudiera terminar mi llamado de auxilio

-¡No hagas eso!Te recuerdo que sólo tú puedes verme

-Pero, ¿por qué?¿qué tengo de especial?
-Tú tienes algo que ahora no muchos tienen. Fe.

«Creíste a pesar de todo lo que se decía y sólo las personas buenas que creen en verdad pueden ver al ángel que los cuida. Y tú eres parte de ese pequeño grupo de personas, Sophie»

-Entonces, ¿puedo verte por que creí?

-Exactamente

-No sé. Esto es… Es decir, no puedo creer que en serio estoy hablando con mi ángel guardián. Wow tengo tantas preguntas

-Lo sé. Pero, no puedo responderte todas. Sólo puedo decirte que ahora que me ves tú y tu familia corren grave peligro. Más que los demás corren normalmente

¿QUÉ?-estaba en shock ¿A qué se refería con eso?-Entonces, esto es bueno o malo

-Ambas cosas. Verás, al verme haz demostrado que en verdad crees y de esa manera has ganado tu lugar en el paraíso pero eso sólo hace que maldad esté más interesada en hacerte daño a ti y a tus seres queridos.
«Sophie, hay muchas cosas que debes saber, pero ahora no es en momento para que te las diga. Debes descansar primero»

-Pero no tengo…-comencé a cerrar los ojos-sueño-dije antes de caer profundamente dormida en mi cama

Estaba tan confundida, ¿cómo que no todos los ángeles tienen alas?¿nuestro punto de vista hacia los ángeles era distinto? Hay más tipos de…seres celestiales, de eso estoy segura pero eso sólo hace que me pregunte más ¿qué seres malignos existirán? o mejor dicho cuantas clases de ellos.

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Don’t Be Afraid 1

 

La vida de Sophie

Todos tenemos un ángel y un demonio asignados, la cuestión está en cuál de los dos decidas escuchar
Don’t Be Afraid

 

Mi nombre es Sophie. Sophie Granger. Puede decirse que soy una chica de primero de preparatoria normal, con amigos, una hermana (algo irritante algunas veces) y unos padres cariñosos. Nunca me ha faltado nada. Soy una adolescente… feliz, o al menos eso era hasta que… Lo vi por primera vez. Cuando vi a mi ángel guardián.

Lo recuerdo perfectamente.

Habían pasado dos semanas de que las clases iniciaron nuevamente, empezaba a cursar el primer año de preparatoria. Al principio pensé que sería igual que los años anteriores y con eso me refiero a mismos compañeros y cero nuevos, pero este año entraron tres alumnos provenientes de otros colegios y dos de mis amigas se pasaron al mío.

Verlas ahí se sintió… La verdad no sabría como describirlo pero de sintió bien. Demasiado diría yo. Mis amigas y yo juntas otra vez.

Mi vida era bastante normal como pueden darse cuenta. Digo era por qué, todo cambio cuando lo encontré.

Estaba regresando de la escuela, esta vez me dirigía hacia el parque que se encontraba a una cuadra de mi casa cuando choque con alguien.

–Lo siento. No fue mi intención – me disculpé

Él tenía el cabello rubio –y rizado– , tenía ojos azules y muy alto.  No era una persona normal. Era mi ángel guardián.

Seguro no estoy siendo lo suficiente clara. Mejor les cuento las cosas tal cual y como pasaron.

El ángel de Sophie

Miércoles. Es un día nublado y hace frío. Término de desayunar y me subo al auto para dirigirme a la escuela.

Al llegar me encuentro con mi mejor amiga. Rumie. Ella es más alta que yo -como todo en esta vida- es de cabello castaño y tiene unos grandes ojos color avellana. Me saluda parándose de dónde estaba sentada. Al hacerlo ella casi se cae. Yo, trato de no reír.

-Holis- me saluda ella como siempre

-Holis-le respondo tratando de ocultar mi risa. Pero ella se da cuenta

-Si quieres ríete -me permite. Yo lo hago sin dudar y suelto una carcajada. Ella comienza a reír conmigo -¿Qué es tan gracioso? -me pregunta inocente sin dejar de reír

-Que casi te caíste-le respondo aún riendo. Ella dejo de reír ante mi respuesta

-Entonces sí lo viste-dijo cabizbaja demostrando vergüenza. Yo asentí con la cabeza

Antes de que pudiera decir algo, Rumie me jaló del brazo y me dijo:

-Mejor entremos, ¿si?

Al entrar comenzamos a hablar sobre…La verdad no recuerdo sobre que estábamos hablando por que me distraje, mejor dicho vi a una persona.

Era Nathan el chico que me gusta desde hace dos años. Me quedé viéndole por quien sabe cuanto tiempo,y en mi rostro se pudo formar una estúpida sonrisa pero Rumie me hizo volver a la realidad gritándome.

-¿Qué?-le pregunté disgustada pero manteniendo esa estúpida sonrisa en mi rostro.

-¿Escuchaste lo que te dije?
-Claro a la perfección-le respondí sin pensar. Claro que estaba mintiendo

-Entonces, ¿vas a ir?

-¿A dónde?

-Al cine

-¿Qué cine?¿Cuándo?¿ A ver que película?-le pregunté confundida. ¿De qué me había perdido?

-Al cine de siempre, hoy a las tres a ver una peli de terror -Me explicó.

Cuando dijo «peli de terror», reaccioné y le respondí al instante.

-¡¿QUÉ?!-dije Alterada- ¿Película de terror?

-Sip
-Entonces no iré

-¿Por qué?-me preguntó haciendo ojitos de perrito

-Sabes que no me gustan las películas de terror. Sobretodo desde la última vez.

-¿Crees que yo tampoco me asusté?-me cuestionó. Ella se había asustado mucho al igual que yo- Por favor ve, sin ti no podré soportarlo-me rogó

-Lo siento. Me hice una promesa «nunca en tu vida vuelvas a ver ese tipo de películas si no quieres terminar con traumas graves»

-Rumie hizo una rabieta-¡Demonios!-exclamó

-No los invoques-le dije en broma

-No me digas que crees en eso

-Puede ser. Todo es posible en esta vida

-Necesitas dejar de leer ciencia ficción

-¡JAMAS!-exclamé

Luego de nuestra pequeña discusión de todos los días decidimos por fin entrar a nuestra aula. Se encontraba en el segundo piso, lo cual odiaba, no me gustaba subir escaleras desde tan temprano. Ya sé, soy una floja.

A la primera hora nos tocó inglés una de mis materias favoritas. Yo, a decir verdad domino bastante bien el idioma, claro que aún me falta por aprender pero comparada con mis compañeros, soy de las mejores.

La clase terminó y la maestra Beatríz había marcado como tarea para entregar la siguiente clase un cuento cualquiera traducido al inglés. Yo me emocioné, sin embargo la mayoría de mi salón se quejó por ello.

A decir verdad el día transcurrió más rápido de lo normal. Tanto que hasta me asuste cuando vi al profesor Peterson de química acercarse, él nos daba a la última hora ese día.

No era mala en su clase, pero el problema era que me aburría un poco. Comenzó a habla sobre…La verdad no recuerdo de que, me perdí en mis pensamientos por un momento, tanto que ni me di cuenta en que momento cambiamos de tema, y con eso me refiero a que, pasamos de una clase de química a un espacio donde contábamos nuestras experiencias paranormales.

No sé por que pero se me hace que esto lo empezó Steven, él siempre buscaba la manera de hacer cambiar el tema por más complicado que esto fuera. A decir verdad no me han pasado muchas cosas de ese tipo, pero nas pocas que he tenido han sido realmente aterradoras.

Una vez por ejemplo, mi hermana mayor y yo, estábamos solas en nuestra casa viendo una película, yo había bajado a la cocina por algo de comer cuando de repente sentí que alguien me tocó, supuse que era Valery por lo que no le tomé importancia, pero me volvieron a tocar el hombro, esta vez con más insistencia, decidí voltear, pero no había nadie detrás mío. Quería pensar que era  de las bromas que solía hacerme pero en que le pregunté si había sido ella la que me tocó, ella lo negó me dijo que recordara que ella estaba buscando la película y que no había bajado.

Esa misma noche ella dice haber visto algo, una silueta pero que se notaba que esta no tenía buenas intenciones. Nos habíamos quedado solo ella y yo, dormimos en la misma habitación por miedo.
En fin , regresando al tema, una vez que ya muchos contaron sus experiencias el maestro nos detuvo.

-Que gran capacidad de inventar historias tienen todos-dijo tratando de hacernos un cumplido. Él no ha había creído nada de lo que habían contado

-Pero es cierto -se defendió Oliver.

Él había contado que cuando era pequeño, mientras jugaba él dice haber visto a alguien debajo de su cama. Él lo describió como un ser humanoide con unos brillantes ojos rojos.

-Ya les dije que todo tiene una explicación lógica. Debe haber algo perfectamente lógico para todo esto.

-Pues mi prima dice haber visto un ángel -se excusó Natalie, la chica fresa pero que es buena con todos del salón. En que ella dijo la palabra «ángel» me sobre salté. Desde que tengo memoria he creído en la ángeles y quizá esto fuera la prueba de que existen.

-¿Usted lo ha visto señorita? -le preguntó

-Pues no pero…

-Eso no confirma nada. Hay muchos vídeos en internet donde afirman la presencia de esos seres, pero la inmensa mayoría no tienen información que respalde que lo que este plasmado sea un ángel

Cuando el profesor puso en duda mi creencia en esos seres, me llene de rabia. No podía creer que en el mundo hubiera gente tan incrédula. Quería gritar y decir todo lo que pensaba al respecto, pero no podía, en algo tenía razón. No hay suficientes argumentos que afirmen que son reales, es por eso que en internet hay demasiados vídeos falsos.

-Bueno ya basta de este tema. Regresemos a la clase. Abran sus libros en la página 34

A partir de eso dejé de escuchar. Ya no tenía ganas de seguir con la clase y al parecer alguien se apiado da mí y escuchó mi deseo, por que habían tocado él último timbre del día. El de la salida.

-Seguiremos este tema la próxima clase. Pueden retirarse

Al dar la orden, yo no esperé mas y guardé todo lo que quedaba en mi silla en mi mochila y con eso m refiero a mís lapices y mi libreta de química. Ya con todo guardado bajé las escaleras acompañada de mis amigas: Emma, Rumie, Isabelle, Charlotte y Maryam.
Ellas me acompañaron hasta la salida, como siempre solíamos hacerlo.

-Bueno adiós chicas -me despedí de ellas

-Pero, tu casa no está en esa dirección- señaló Charlotte

-Ya sé – le respondí con desdén

-¿Y a dónde vas entonces?-me preguntó Emma

-A un lugar-respondí de la misma manera que había hecho antes

-Sí a esconder drogas-bromeó Maryam

-Jajaja-rió Charlotte -esconder drogas

-Es capaz con tal de no darnos-siguió Maryam

-Pero por supuesto -confirmó Charlotte. Ella y Maryam chocaron cinco.

-Ya dinos a donde vas-dijo Isabelle insistente

-Ok, voy al parque- les dije rendida. Sabía que si les decía a donde iría, ellas querrían venir conmigo y yo quería estar sola. Sólo esta vez.

-Oh entonces vamos contigo- dijo Rumie dispuesta a ir conmigo. ¿Ven de que hablaba?

-Gracias chicas, pero esta vez prefiero estar sola

-¿Por qué? -me preguntó Rumie con los ojos de perrito

-De seguro quiere desahogarse después de lo que el profesor dijo-le explicó Maryam

-Exacto-Afirmé-Nos vemos mañana

-¿Eso significa que no irás a la reunión de hoy?-me preguntó Isabelle con un grito

-No-canturreé desde lo lejos

-Cobarde-me gritó Rumie. Pero ella igual lo era. No quería quedarse sola -a pesar de que irían las demás también – y yo no quería traumarme con otra película de terror.

Cuando estuve lo suficiente lejos comencé a quejarme entre dientes. Tomé una ramita del suelo y empece a jugar con ella l mismo tiempo de que maldecía entre dientes. No quería arriesgarme a que alguien conocido me escuchara.

De verdad me enfadaba que las personas me hicieran dudar sobre mis creencias. Ya me habían echado dudas sobre varias cosas, pero los ángeles…Eso es cruzar la línea. He creído en los ángeles desde que recuerdo, crecí creyendo en ellos ¡Tenían que ser reales!

-¿¡Por qué simplemente no cree!?-solté antes de gritar. Pero antes de soltar un grito choqué con alguien. -Lo siento tanto no fue mi intención -me disculpe con aquella persona

-Tranquila, no fue tu culpa…Sophie.

¿Qué había dicho?¿Cómo sabía mi nombre?¿Quién era esa persona y cómo sabía mi nombre? Estaba muy confundida y necesitaba recibir respuestas pronto. Antes de pensar lo peor y llamar a la policía por acoso.

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Quizá

Quizá no nos volveremos a encontrar

quizá no nos volveremos amar

quizá te voy a olvidar

quizá no me vas a recordar.

Quizá nadie te va amar como yo

quizá nunca encontraré a alguien como tú

quizá de otra personas nos volveremos enamorar.

Quizá este sea mi último poema

quizá tu seas la última estrofa

quizá tus seas las hojas

quizá yo sea las palabras

quizá tu seas el libro

quizá yo sea el bolígrafo.

Quizá las estrellas dejaran de brillar

quizá el mar no parara de llorar

quizá tú no me volverás a dar la mano al caminar

quizá nuestros labios no se volverán a besar.

Quizá volveremos a ser feliz

quizá volveremos a sufrir

quizá volveremos a vivir

quizá no volveremos a existir.

Quizá habrá más sinsabores

quizá habrá más dolores

quizá habrá muchos quizás

quizá no habrá ninguno

ya nada es seguro

eso sí te lo aseguro.

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