Una tarde en Curazao.
Llegue retrasada un día de primavera desde el avión logre divisar todas tus fronteras. Eres más mar que tierra pero tienes una historia que se te mete en las venas.
Una fortaleza amena, una gente que dan ganas de abrazar al verla. Una tarde estuve en compañía de una cerveza, el blues sonaba de fondo tenía la mejor audiencia, muchos forasteros soñando con vivir en tus tierras.
Aquel hermoso puente que de un lado a otro movía en faenas, cantidad de gente perdida en tu lindeza, intente leer un libro que ingenua era, no podría concentrarme estaba en plena escena de aquella belleza.
Me dio un poco de risa la extraña ocurrencia de una sirena que paso entre el agua y la arena, nadie la vio fui la única hambrienta en saber más de ti aunque tú ya demostrabas a legua quien eras.
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