Abro la puerta de la casa y ahí el aroma mueve mis neuronas,
subo hipnotizado hasta el cuarto donde no cabrán derroches
y te encuentro esperándome como una santa demonia,
se desencadenan mis ganas con tus ganas a alta relevancia,
se alinean las constelaciones y empieza el apocalipsis,
rompemos los termómetros con feroces sustancias,
que salen del infierno y se convierten en nuestro elixir,
Houston tenemos un problema con el Armagedón,
explosiones solares cuando las lluvias de meteoros impactaron,
los latidos como marea alta se escuchan por su fervor y dictan que las almas en perfecta sincronía se enlazaron.
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