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Recóndita Tenacidad

RECÓNDITA TENACIDAD

Con mano dura modela,
el pebetero estratagemas,
grises labios en la luna,
y dulces estrellas.

Delicadas tardanzas ajenas,
en busca de un gemido,
de ágata en la cintura,
con el perfil del consuelo.

Pintor, escultor y escritor,
huye de la abierta cerradura,
acuarela, olor de quebranto.
Y fija el dolor con ardor.

Demasiada nieve frágil,
es el horno del sueño.
Y haz las sirenas plumas rojas,
torciendo, al viento sereno.

De mil formas indomables,
a las horas deja quietas,
sin miedo, mudo, el acero,
mirando espejos vacíos.

Atento, al porvenir impío,
y sollozante, lejos de todo,
aprisiona las ventanas,
con gesto aventurero.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Del texto y la imagen

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Embrujo Omnímodo

EMBRUJO OMNÍMODO

Bramaba la obscura cintura ágil
con el triángulo ardiente ligero.
¡Cuánta geometría es ahora poesía!.
Como caricia daga cualquier palabra.

¡Que pene!
y pene por la culpa
por la espada
por el baile.
En toda cama.
¡Que cuello
ni que rodillas
el pie planta
en las manos
bellos dátiles!.

El rincón suspira la vestidura amable.
en un alto salto del pavimento herido.
¡Que no se cansa nunca!. Sólo sueña.
Tan bermejas como viejos son perlas.
Entre la honradez pobreza es rubí,
y el tenue cobalto plata y titanio.
Nevada y sin querella solo combustión.
De alguna noche helada hace incendio.

Ya verás
¡Cuándo ares será más fácil!.
Por eso
¡Asir risa es más saludable!.
Porque
Entre las ácidas sádica es la dulzura.
Y dicen:
Oremos somero al santo
que más convenga
y de más lana.

¡Bébanselo averíguaselo y dí!.
Ya no comas arroz zorra felina.
¡Demuéstralo con la dignidad del membrillo!.

Lo que en el albor temprano emprendiste.
El siervo y el tirano a los versos murmura.
El amor no tiene encono ni sabroso abandono.
La vibración profunda sólo muestra vida.
Solo admite con embeleso el camino cierto.
¡El suelo sin tacha no existe!. Ni hay.
Verdes y azules los caballos son el viento.
Por eso. ¡Voy a comer agujas despuntadas!.
Y con las tijeras castañas y nueces.
El nogal abandona el nido salado,
y el roble con idealismo perece.
Volar y dejar morir ave y vuelo,
es de la gloriosa pluma el consuelo.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

Del texto y de la imagen.

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Alunizando

ALUNIZANDO

Depositaba el suelo en el bolsillo,
tan lejano del primer diente rosa,
susurrando al clavel andando,
con los dedos en aquéllo…

Y nadie callaba. El frío corría.
¡Piénsalo!.
¿Qué sabe la pluma de hormigas?.

La mañana se ha perdido,
escondido en el silencio, un reloj,
sin sombrero anilla manecillas,
en el follaje del arpista… ¡Abajo!.

¡ Blabla y blabla !.
Blabla que blabla, blablando,
blando blablaba y nada blabló.

Doblando al amor el campanario,
ladrando, sin gente, un canario,
arroja verdes, vientos magros.
Inmortal polvo, del agua temerosa.

Por eso, ves gotear y ves dolido,
tanta letra enmudecida, inmerecida,
humedecida, entumecida, envejecida.

Donde las calles murmuran de noche,
desnudando esbeltas vueltas espesas,
ronroneando rarezas enrarecidas…

Y la estatua de la luna… ¡Solo sonríe!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
(Tanto del texto como de la imagen)

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Magnánimo Cándido… (Experimental)

MAGNÁNIMO CÁNDIDO
(Experimental)

Acaso se me preñe la pluma
que al sol muere tiempos viajeros
por el simple mortal que tuvo
la imagen de un fin dichoso
donde forjan flor los ceibos quedo
y muda la paz sin culpa.

Los espectros en letargo
inventores de primaveras inocentes
con la adversa suerte embravecida
al ritmo pasional de lánguidos perfiles
pobres soñadores de manos imperiales
en lúcidas cadenas del boscaje umbrío
en el estertor que muerde arenas
y el viento huracanado vende iluso
amargas hienas, garfios y huesos.

Al risueño sueño hueco
en vidas torturadas cenizas
al rumor de las ventanas
en jardines de brisa grácil
al impúdico laurel vil
con la pena al cuello cautivo
al nacer la turba impía
al querer menuda un reino.

Por ahijar espinas con cadenas
transparentes recubiertas
entre prórroga y afán
paréntesis disperso
silencio venerado al sol
con el puñal y su dulzura
mística paleta de infinito
agricultura rojo terciopelo
por hondas vibraciones frías.

Mortaja monótona y planicie
fósil de atardecer fragante
con el blancor esfumado
al contraluz semilla incierta…

Murmurante hiedra y piedra
ávido vaivén del desconsuelo
murmura tintos los extintos
y se duele
cuando no duele herbal.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
(Tanto del texto como de la imagen)

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