Y es que podrías decirme doble cara,
o en su caso más acertado, darme por un mentiroso;
pero sea impresa la verdad aunque sea de lo más casual y rara,
que no importa si a tu criterio parece de mentiras un enorme pozo.
Resulta que a tu tierno pero lastimado corazón di una máscara,
una armadura para protegerte a ti de las vilezas del hombre odioso.
Porque no trata de una promesa, sino lo que la actuación aclara,
en éste caso del amor de que el mundo ha sido envidioso.
A tu dulce y cálida alma extraño sin mesura,
pero al respecto yo trato de ser silencioso.
Y lo hago para no destruir tan tamaña lindura,
misma que construiste en tu matrimonio tan exitoso.
Mis ojos ven con agrado que la felicidad tu espíritu, elegante lucirá,
mientras mi esencia me grita que por ti pelee, y no deje mi lado insidioso;
que a tu lado me puede regresar sin importar que tu unión en fuego arderá.
Eso claro, si lo permito, porque otro lado de mí dice que te deje: que fastidioso.
Pero el recuerdo está presente y constantemente a mi triste vida atormenta,
así que por eso le pido a Dios que de mi cuerpo arranque aquel gran sospechoso;
el soplo de vida que me otorgó y que en vano a mí ser desde hace tiempo agrega.
No fue el quién se equivocó, al ponerme de pie en este mundo duro y rocoso.
Sino yo, que nunca supe como valorar es inconmensurable dulzura,
que me dabas en cada te amo al atardecer o en el tiempo dichoso,
Ojalá y puedas perdonarme porque mi mente no lo logrará;
Pide, por favor, que mi alma de descanso tenga gozo.
Amiga, confidente, amante y alma gemela. by Leonel Ortiz está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
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