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Grito Horizontal…(Dadaísmo)

GRITO HORIZONTAL
((( Dadaísmo )))

Corre bajo la tierra sangrante
un olor a silencio de hielo
cerrado al recuerdo
a cualquier hora
del aire temeroso
acuchillando al cuaderno en el árbol azul
el ave de rodillas esconde al canto
contando el sueño de arena
con la seguridad que fuma un alfiler

el hilo cayendo del techo
descansando a la sombra del frasco
en la orilla con nervios
con el sueño perdido en un tapete
dulce clavo hecho de lápices y plumas
por las hojas a los ojos con letras

en las cadenas que usan anteojos
saludando a los canguros saltando las olas
tan lejos como los dátiles en invierno
lloran sus raíces de lámina y hueso
tomados de la mano de la lluvia
en el papel de hacer la tinta verde
por los pliegues del bolsillo
que inflexible llama al vientre diente
entre las flautas de la estepa que tapa
respetando el sabor con el ojo
en las piernas aterciopelando el oído

sin odio ni nudos en las paredes
a modo de campanas con collar
que dejan entrever la sonrisa del carnero
en la neblina ignorada por el coco
saltando los gusanos con su fiebre
en el rincón clausurado con ilusiones literarias
por los humos del futuro arrastrado
el suelo
belicoso
con el pasado
de imposible
renacimiento.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
(Tanto del texto como de la imagen)

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Era Hermosa Como Su Tierra, Piel Morena.

     A la edad de quince años no sabía leer, mucho menos escribir. Su nombre guardaba un secreto y sus ojos habían contemplado cosas que muchas personas no se imaginarían.
     La vida siempre hermosa y siempre cruel, había arrebatado a su madre con un par de luces de poco brillo y el sonido de la goma consumiéndose en el pavimento. Ella no entendió, fue abruptamente repentino y ese «señor» no se molestó en detenerse a explicarle. 

     Quedó allí varada, muy cerca de la isla, en una calle apenas iluminada, producto quizás, de la delincuencia del lugar. Unos papeles, una firma y una sentencia le condujeron a su nueva morada, algo pequeña, algo lúgubre.
     Pasaron dos años antes de que pudiese mantener una conversación de al menos unos minutos. Callada y sumisa, acataba todo lo que le decía la hermana María. Ordenaba las camas de los niños menores que ella y pasaba la escoba, cada tres días hacía la colada y su vida poco más sentido que ese tenía.

     A su padre nunca le importó abandonarla, pues tenía una nueva mujer, una excepcional, a sus ojos perfecta «Bonita, sensual y nada intelectual».
     No le gustaba salir, el mundo afuera de esas paredes era peligroso, cada día un poco más. Había muerte por doquier, infinidad de personas, de maña y de honra, de cátedra y de pólvora, ésta tampoco distinguía entre géneros y edades.
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Dime ¿Que Hacemos?

Dime que hacemos, ni te amo ni me amas, no te conozco ni me conoces, ¿qué hacemos entonces? Que nos queda acaso si después de intentarlo, de probarnos y saborearnos descubrimos que no somos lo suficiente el uno para el otro. Qué pasa si tus dulces y salados no son suficiente para mi paladar, y si tu exquisito paladar no soporta mis idas y venidas. Qué hacer si no nos soportamos pero nos queremos, si aun a pesar de todo mis ojos te ven grande, maravilloso y esplendido, y tu mirada callada me dice lo que tus labios nunca alcanzaron a pronunciar. Dime, porque yo no soportaría perderte aunque no te tengo, no alcanzaría la vida para disfrutarla contigo aunque no lo quiero. Y si nos retamos a intentarlo de nuevo, y si nos vemos a los ojos, tú con tu cielo y yo con mi tierra, nos miramos nuevamente, a través de lo erróneo, sin ver lo demás, solo tu alma y la mía, aunque no lo creas. Porque a pesar de no ser el uno para el otro, sin importar que tú seas sol y yo luna, valdría la pena mirarnos otra vez, como dos aves que después de millas se encuentran como la primera vez, misteriosas y alegres, porque a tu lado solo podría encontrar la primera vez cada día. Porque te desconozco cada día, y tú me recuerdas cada noche.

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El Dolor Que Causa Las Heridas De Nuestro Mundo

Mis heridas,

 

se están tornando más grandes con forme a los años, siento dolor cada vez más,

siento que el sol me está quemando,

eso porque mi protector ya se está deteriorando,

siento que mis cicatrices se vuelven a abrir,

siento que lo que tengo es una enfermedad en estado terminal,

me queda poca vida gracias a algo que me pareció inofensivo al principio,

no puedo aguantar,

es un dolor inexplicable gracias a una enfermedad sin cura

y por el momento no se ha vuelto una enfermedad viral,

siento que mis defensas ya no son lo que era,

siento que debo exterminarlo pero no puedo,

es algo que simplemente se propaga,

avanza rápido, ruidoso y destructivo.

Las heridas de nuestro mundo.

 

A veces, oigo los estruendos de bombas atómicas las cuales

me hacen sentir aun más mal,

ese estruendo que ayuda a que mis heridas sigan abriéndose más,

tratando de eliminarme por completo,

luego de unos años siento que esas bombas siguen afectándome, me enferman, no me dejan en paz

¿Por qué será que pasa eso?

No tengo la menor idea,

es una enfermedad mortal,

una que no tiene cura, una que empieza como algo inofensivo

y termina tratando de matarme,

no creo sobrevivir a esto

¿Serán guerras que se sienten en este momento?

Tal vez lo sea, talvez traten de eliminarse entre ellos,

esos parásitos que tengo ahora pelean entre sí,

espero que se aniquilen,

para yo poder vivir un poco más.

Mis heridas no sanarán,

los únicos que me pueden curar

son los mismos parásitos que se encuentran destruyendo mi interior.

Aunque ellos sepan que sin mí no podrán vivir

seguirán destruyéndome,

aunque ellos sepan que soy su casa,

seguirán matándome,

ellos son la única solución a estas heridas.

Ellos podrán curarme,

y hacer que estas heridas logren cicatrizar,

logren curarlas para así puedan vivir en paz.

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