Soledad En La Multitud

 

 Camino  una vez más por las calles de mi ciudad. Son las mismas calles, las mismas casas, los mismos comercios. Me encuentro con vecinos que conozco desde siempre. S¡n embargo, casi sin querer comienzan a desfilar por mi mente imágenes de otros tiempos ya idos. Entonces las casas, los comercios y las gentes me parecen otras, ya no son las mismas. Es que estas construcciones han cambiado . Algunas porque se han deteriorado , otras porque se han remodelado.  Otras ya no están. En cada esquina toman vida hechos  que ya se fueron y que son solo hechos para mi, solo para mi. Hechos de mi infancia, de mi adolescencia, de mi época en que estuve integrado al mundo del trabajo. Los sentimientos tiñen de colores esa realidad.  Es el mismo mundo,la misma realidad que toma  aspectos disintos en mi.  Estoy  en el mundo y lo percibo como algo cambiante y que remueve mis fibras ìntimas.

Cuando paso al lado de este viejo comercio, en su colorido, en su sonoridad, en su ruidosa actividad, está en mi, de alguna forma que me es personalísima. Por un lado dispongo en mi naturaleza de elementos sensoriales que me hacen percibirlo como tal. Mis ojos, mis oídos…  Mi capacidad sensorial que no ha sido constante y ha ido disminuyendo con el paso de los años por causas naturales. Son aspectos queme atañen a mi, pero también es comprensible y facilmente entendible que las personas tenemos una agudeza sensorial tremendamente disímil. Hay quienes pueden oír sonidos de bajísima frecuencia, diferenciar tonos, sabores,tonalidades. Existen catadores, gourmets, músicos, pintores realmente esquisitos. De igual manera conviven con nosotros quienes tienen una incapacidad que a veces llega a ser tal que puede poner en riesgo hasta la propia vida. Todo esto que da las bases de una aseveración popular, Las cosas no son como son sino como cada uno las ve. Aparentemente vivimos el mismo mundo pero no resulta así si comparamos las distintas  percepciones que de él tenemos cada uno de nosotros.

Un grupo de cien personas realizan el mismo recorrido, por una avenida, en un laboratorio, en el supermercado.Asisten a la misma fiesta, al mismo concierto o escuchan el mismo iforme televisivo.  Sin embargo, todas tienen una distinta percepción de los mismos hechos, de la misma realidad. Esto es así no solo por nuestras distintas capacidades orgánicas para ponernos en contacto con la realidad sino también, e influyendo en el mismo grado, por la tonalidad con que teñimos la misma con el agregado de nuestra espiritualidad.

En nosotros existen vivencias anteriores almacenadas en nuestra memoria que nos permiten reconocer en mayor o menor grado la realidad. Reconozco esta casa, aprecio sus modificaciones, intuyo un interior. Sin embargo un análisis posterior me permite dudar sobre los verdaderos alcances de mi ser para la aprehensiòn cabal de la misma. Mis órganos sensoriales no siempre han tenido las mismas potencialidades ni son iguales a las de mis vecinos.  Facilmente se puede discurrir que hay personas que se destacan por sus capacidades gustativas, visuales, auditivas u otras. Y que con el pasode los años estas capacidades pueden sufrir cambios profundos. Muchas veces hemos observado nuestras manos con atención por diversas razones, quizás hayamos podido utilizar una lupa. Qué sorprendente!, parece otra mano!. Y si siguieramos aumentando la lente, ¿cuál es el resultado?. Creo que apreciamos una realidad que no es tal. Hay sonidos que nuestro oído no puede captar y sabores y matices cromáticos que escapan a nuestra percepción. Vemos un mundo según nuestras potencialidades, nuestras capacidades perceptivas.

Asociamos naturalmente a determinar las características del mundo con nuestras posibilidades sensoriales pero podríamos preguntarnos acerca de la existencia de otras maneras de ser del mismo para las cuales somos totalmente ciegos.¿Por qué no creer en otras formas de ser de la realidad que no podemos percibirlas?.

Ahora bien, concebimos el mundo en base a nuestros órganos sensoriales, pero, también, con aportes relevantes denuestra espiritualidad. Se suman a los aportes sensoriales nuestro mundo conceptual, nuestr¡os recuerdos, nuestros intereses, nuestras emociones. Si esta caminata por las calles de mi ciudad la hago en compañía de mi familia y luego nos sentamos en un banco de la plaza ha dialogar sobre las cosas que hemos apreciado, qué diferencias entre unos y otros!. Es que la percepción del mundo no depende solamente de nuestros órganos sensoriales sino que percibimos el mundo con nuestro espíritu, lo que en él hay. ¿Es que realmente se puede conocer el ser en su esencia última? . Puede nuestra humanidad captar objetivamente la realidad?. Hay quienes como yo afirman que no, aunque en principio pueda resultar descabellado tal afirmación. En realidad disponemos de algunos sentidos que son claramente insuficientes y que la tecnología ha tratado de mejorar. Por otra parte resulta discutible poder observar la misma con independencia de nuestros afectos, de nuestros intereses.

Si se ahonda en lo que en filosofía llaman el problema del conocimiento, si aceptamos lo que es el concepto y la formación de los mismos resulta muy interesante la postura de algunos estudiosos en la forma en que se realizan los aprendizajes que nos hablan de las redes conceptuales.   Esta idea apunta a que las ideas que poseemos acerca de la realidad no están aisladas unas de otras sino que están vinculadas y se complementan. Esta verdad hace referencia a que,cuando se adquiere un nuevo concepto, este de alguna manera encaja, se vincula con los que ya poseemos. Un pescador puede obtener mejores resultados entre otras cosas del tamaño de la red (número de conceptos) y la calidad de la misma(clase de conceptos, firmenza de sus notas, etc). Hago una muy somera referencia a estos aspectos porque  son medulares para la aprehensión del mundo y la forma en la que nos lo representamos. Como la adquisición de conceptos es gradual y paulatina en el hombre suceden, paralelamente, otros fenómenos. Cada vez más disponemos de  herramientas para adquirir nuevos conceptos,la red  se amplía, nuestro mundo parece cambiar y en consecuencia nuestras vidas. Por otra parte, la adquisición de nuevos conceptos depende de los existentes y resulta ser entonces que a veces puede resultar inútil la incorporación de ciertas ideas, no se pueden  establecer vínculos con los que ya poseemos,(Los peces franquean la red porque los espacios son muy grandes!).

Cuando dos personas se quieren acercar  importa muy mucho estas redes conceptuales con las cuales cuadriculamos la realidad. Cuando estas redes son muy distintas naturalmente nos resulta difícil la relación y a veces la rehuimos.(Salvo cuando entendemos que es una fase del desarrollo personal, de alguna etapa de la vida, u otros aspectos similares).

Solos porque el mundo en el que cada cual vive es distinto al de las demás personas, solos aunque las coordenadas de tiempo y espacio se asemejen. Si creemos en que este mundo solamente yo lo percibo así, lo vivo así, nadie está verdaderamente conmigo, estoy tristemente solo…Vivo en mi mundo que es distinto al de los demás. Solo también porque por más que otros se aproximen a mí nunca están en mí, sino próximos.  Estás tú muy próximo a mi cuando me miras de esa manera especial que casi parece que me penetras, pero no… Estás tú, próximo a mi cuando siento que me acaricias, o cuando tu mano se posa en mi hombro, pero no…Poseo mi identidad, que percibe, que goza, que sufre y que no es posible compartir de ninguna manera estas vivencias, justamente por ello, porque son aspectos vivenciales.

En el alma humana existe una fuerte llama que busca la fraternidad, que busca el amor de otros,pero esos otros viven en mundos que pueden estar más cercanos o lejanos, pero en otros mundos. Debido a esa llama interior adoptamos constantemente conductas que tienden a crear puentes o lazos que nos acerquen al otro. Consideramos a nuestro mundo único y valiosoy así tratamos que lo comprendan los demás.  Elegimos una forma de vida, una escala de valores y queremos que los demás acepten sin discutir ese nuestro mundo. Percibimos una realidad y creemos en ella, aceptamos algunas cosas y quisieramos otras. Establecemos planes de cambio. Organizamos nuestra vida atendiendo a esa concepción del mundo y pretendemos que aquellos que ejercen el poder realicen acciones tendientes a la concresión de esas ideas. Resulta notable como creemos entender la realidad en base a los valores y juzgamos. En el mundo existen personas buenas y malas, trabajadoras y holgazanas, lindas y feas. ¿Dónde nos ubicamos, sin pensarlo, nosotros?

Muchas veces ocurre que la percepción de la realidad por otros es totalmente distinta a nuestra propia percepción y ocurren enfrentamientos diversos. Nos enfrascamos en discusiones más o menos violentas tratando de hacer que otros vivan en nuestro mundo y dejar así de estar solos. Qué felicidad nos dan las personas que creemos comparten nuestro mundo!. Esto vale para lo vanal como para lo sublime. Nos resultan más agradables aquellos que gustan de la misma actividad recreativa (natación,boxeo, automovilismo, fútbol…) Los que concurren a la misma Iglesia, los que votan por el mismo partido político. Ha resultado algo común en la historia del hombre que la sociedad ha tratado de marginar, de exponer al escarnio público, de torturar y matar a aquellas personas que han manifestado públicamente una percepción de la realidad distinta a la aceptada por la generalidad de determinada población. Parecería que ocurre a nivel de las naciones algo similar a lo que ocurre individualmente.  Los más relevantes han sido los que se refieren al mundo filosófico y científico, a la religión  y a la política. Esta disparidad de mundos en el que vivimos  que es origen de la soledad y la lucha por hacer que otros vivan nuestro mundo es el origen de una intrincada red de fenómenos sociales que trata  de desentrañar la sociología.

Hay un estado muy particular de nuestras vidas al que aspiramos de muy distinta manera, a veces con conciencia de ello y otras sin pensarlo. Estados de goce y felicidad que considero el fin y esencia de la vida misma. Nadie niega las ventajas que se tienen al alcanzar este estado del alma pero muchos son los que, pudiendo ser felices, emprenden caminos equivocados para alcanzarla. Hemos visto antes lo personalísimo que resulta la percepción del mundo y de ahí la diversidad de los mismos. Afecta enormemente nuestra existencia la posesión de bienes materiales, de la satisfacción de nuestras necesidades, de la posición social, de la consideración pública, etc.  Puedo estar feliz porque  en mi mundo yo percibo el bien en las personas y cosas que me rodean, la satisfacción de mis necesidades y el amor de otros hacia mi. Puedo sentirme muy triste en realidades similares cuando percibo el mal, en aspiraciones que no puedo satisfacer y veo el mal que otros humanos como yo poseen. Ver el mundo con una mirada positiva, creer en mis potencialidades, abrir mis sentidos a distintas formas de vida que existen y la belleza que en ello hay.

La libertad ha sido tema de grandes discusiones y gestas heroicas. La libertad conduce hacia la felicidad. No puede ser feliz quien no es libre.¿Se puede ser plenamente libre?. La llama interior que arde en nosotros hace valorar al extremo nuestro mundo ( Concepción personal de la realidad)  y nos impulsa a que otros realicen acciones que se adecuen a nuestra realidad.De esta manera incidimos fuertemente en la vida de otros. Las decisiones fundamentales en la vida de una persona, tales como la elección del trabajo, de una casa, de una familia, de un alimento o de la ropa que ha de cubrirnos, son realmente libres?. ¿Por qué la sociedad occidental concibe el mundo de forma tan distinta a la oriental? . Si la sociedad modela a los hombres, yo no soy plenamente libre en la medida que acepto sin mucho razonar los  argumentos de otros. Yo creo en que todo acto que se aproxime a una toma de decisión libre, nos da felicidad. No obstante esta afirmación resulta difícil actuar de esa manera por la incidencia permanente de quienes nos rodean que tratan de influir nuestras decisiones según sus propios mundos. Estamos solos aunque otros pretendan estar con nosotros …

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2 comentarios sobre “Soledad En La Multitud”

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