Érase una vez, una familia de castores que llegaron a un río, ahí decidieron formar su nuevo hogar.
Inmediatamente todos los castores empezaron a elegir los árboles que usarían para construir el nuevo dique, la mayoría de los castores elegían árboles delgados para poder cortarlos rápido, y poder acabar pronto.
Un castor regordete llamado Ral, buscaba entre los árboles hasta que encontró el más ancho y alto de todos, de inmediato empezó a cortarlo, los demás castores se acercaron a él y le dijeron:
—¿Qué haces cortando ese árbol? para cuando lo acabes de cortar nosotros ya habremos terminado el dique.
Ral volteó a verlos y les dijo:
—Los árboles que están cortando son delgados y no servirán para el dique.
Los demás le contestaron:
—Estas equivocado y te lo vamos a demostrar.
Todos los castores se pusieron a trabajar rápido para ganarle a Ral. Después de media hora dos castores terminaron de cortar sus árboles, uno de ellos le dijo a Ral:
—Ya viste, somos los primeros en terminar.
Ral los ignoró y siguió trabajando.
Los dos castores empujaron los troncos al río, pero casi de inmediato el río se los llevó, Ral los miró y dijo:
—Se los dije, esos árboles eran demasiado delgados y ligeros.
Los demás castores siguieron trabajando. Media hora más tarde, cuatro castores terminaron de cortar sus respectivos árboles, los castores vieron a Ral y le dijeron:
—Ahora sí, con estos troncos haremos el dique y sin tú ayuda.
Los castores empujaron los troncos al río, por un momento los troncos bloquearon el pasó del río, pero minutos después los troncos se empezaron a mover y el río se los llevó retomando su curso.
Todos los castores fueron a cortar más árboles, media hora más tarde, Ral término de cortar su árbol, ya cansado empezó a empujar su árbol, y poco a poco, Ral llevó su tronco al río, el gran tronco cayó, y bloqueo el río, el río se filtraba por abajo y se pasaba por arriba, pero el tronco no se movía. Ral vio a los demás castores y les dijo:
—Ya ven, el árbol que corte es lo suficientemente grueso y pesado, ahora hay que terminar el dique con los demás árboles.
Los demás castores cortaron más árboles y terminaron el dique.
FIN
Lindo cuento, demuestra que la experiencia es madre de la ciencia y que el que no oye consejos no llega a viejo. Un agrado leerte.