Todas las entradas de: JoelFortunato

Confesión Suplicante

CONFESIÓN SUPLICANTE

Mírame miseria de las hojas secas
que vive de las nubes y se llena de ilusiones
cuando arremete la cara un mal
muriendo en el alma la materia
¡ Combinación que pasma !
¡ Dualismo que contrasta !.

Por el polvo de la abatida frente
y el tiempo sin vasallos muerde
aquel vendaval que azota
tantas rosas amarillas, negras y verdes
horrorizadas en un luctuoso manto.

Sí, sí… ¡ No me dejaron ser !
y sin inquirir me derramaron
murmurando balbuciente
enarenado me incendiaron
en el bosque apacible solo
sembrando flores
recogiendo cardos
plácidos pétalos y agujas.

Como una buena perla pierde
Como un rayo dispuesto a ser clavel
Como un libro de honor precipitado.

Porque tiene el hueso hogueras
corren y cantan… ¡ No hagas caso !
vamos a ver la nieve riendo
al saber del anzuelo
sus secretos.

¡ Descúbrelos míralos !

Ellos deben al deber su deuda
evitando al beber embeberse
como el tren serené y esperé
entre teje, entre desteje…

Nadie hay que sepa todo
con el rostro de la verdad
entre la piel y el hueso
Estúdiatelo
Apréndetelo
Y
Presto
Avísamelo volando suave.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
(Tanto del texto como de la imagen)

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Pavorosa Ingenuidad…(Experimental)

PAVOROSA INGENUIDAD
(Experimental)

Llevaba al partir primaveras
el ritmo ardiente entre dientes.
Pero volvió el eco tembloroso
con la sorpresa que no he muerto
con la luna vieja y blanquecina
porque en cada rama advierto rosas.

Al tañer tiñendo mi dureza
en la ventura de los luceros
para tornar al pandero en trueno
y muda la paz a mi ruego venga
como rayo vespertino al crepúsculo
de leve espuma y zafir color
que ni sabe nada de luz incierto
entre vientos afilados y rumbo raro.

Donde ceñía alfombras tiñendo
al tañido de rojos rayos.
Por eso y por aquello, donde
arde ya la yedra
y el orejero ojo azuza
eso que oyeréis leyendo lento
aunque fueses fuera hoy raudo
y de mucho sepas poco
o loar croar olas ralas.

Del llorar cansado un sable
surge un rostro y figura descarnada
al despertar nobles ideales yerto
por mudable falsa esquiva paz
del ensueño errático y efímero.

Así no hiciese lo que hizo…

Y oyese oasis floreando malvas
Y supiese del vino un irse.

Porque
Aboba ata reconocer oro
Como tañíamos al dolor su rojo

Y
Deposita triunfal su himno ausencias
Y
Los cielos adoran declinando…

Dejar su voraz ardor
Dejar su atroz guía
Dejar su feroz flecha

… Y que de tan fuerte …
Debilidad
Crezcan espirales alfileres

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
(Tanto del texto como de la imagen)

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El Último Enigma… (Cuento Experimental Surrealista)

El último enigma
(Cuento experimental surrealista)

Cuando el aliento hubo al polvo desenterrado, una
voz se perdió entre los silencios, y las rodillas
volaron y devoraron su angustia al espejo en la
tormenta del escarabajo.
¡ Uf !… Los algodones presurosos embriagaron
al tabaco en el asfalto, los latidos espinados.
Entre la niebla limpia se cultivaron los huesos,
y se gastaron los escalones hacia el cielo
abajo de los pantanos en ruinas.
Los ojos cerraron las cortinas en el nido
de los remiendos– mintiendo–con las manos,
por la orilla de las conchas.
El escombro y la codicia se expandieron.
Las langostas rindieron culto. Los fusiles
quemaron las rodillas a las balas.
En los vidrios de los vientos, aún desbordados,
los peces con flechas rociaron las nubes.
Mil campanas rodaron– y en el mar de la
existencia, un reloj perdió el tiempo, desgajando
el vigor de la esperanza, y los íntimos cordeles
de la memoria, más allá del terremoto y la tormenta.
Un camello vendió la sed en cucharadas.
La red y los pulpos esculpieron al desierto,
y engendraron la orfandad en la sombra.
Las alas tejieron sus raíces.
Y el caos se refugió entre las lágrimas.
La sal se ha hecho negra y la luz espesa,
con la luna en el zapato adoquinado.

Desde entonces, el sol perdió su brillo
en las pestañas del gusano por los murmullos
del cobre. Luego, en la gruta ampulosa,
el engendro se engolfa destemplado.
Y el dedo que se mueve pierde el brazo.
Con la arrogancia que sofoca la ternura
en la sonrisa. Haciendo del asco la costumbre.,
de los pañuelos ignorados.
La mayor victoria fue hacer las cloacas
enormes. Degollar los cometas del subterráneo,
arrinconar todo fracaso en el techo y hacer
del lecho el averno.
Nada indecible fué posible.
La paz sudaba rabiosa, el sendero de las
hienas vestidas con cinismo.
¡ Qué graciosas las manchas de la sombra !.
En los trajes populares
de los semblantes deformes.
Donde el retroceso se yergue
con la estatura elevada del pozo
en cada escalofrío inútil.
___ ¿¿ Con qué cara el futuro nos espera ??.

Y… ¿¿ Quién con el mal
fabrica el bien… Al infinito repetido ??.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
(Del texto y de la imagen)

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El Secreto Arbitrario… (Anticuento Dadaísta)

EL SECRETO ARBITRARIO
((( Anticuento Dadaísta )))

Veamos… La textura de aquella música, si que
fue inolvidable… Imprescindible por su didáctica.
No les voy a decir lo que puede contarse en
cualquier parte o escribirse en cualquier papel,
ni siquiera que sucedió alguna vez, en algún lugar
lejano, perdido en la historia de los tiempos ; Hace
solo un instante, dudando al hacerlo, si quieran
leerlo hasta el final que pueda ser entendido, con el
máximo esfuerzo, con pocos recursos y ninguna
experiencia. Tengo la esperanza y la fe parecidas
a un puente remoto, que presenta esta imagen en
el único diseño que participa en la ronda de un
peculiar relato que no lo es…. Aunque doblando la
incertidumbre en tres partes iguales, es posible
desayunar metáforas y embriagar al mismo vino
que se fue quedando…. Estando tan feliz de pie.

Resulta que el día era de gel desde hacía nueve
meses y todos lo sabían bajo la cama. En la
vigilia nocturna, para apoyarlo y convertirlo en una
forma de vida. Durante un tiempo se sintió más
fuerte, pero en esta ocasión era imposible, el
secreto era inminente, con la errónea idea de no
divulgarlo con el fin de preservarlo. Así que el
día previo, según dijeron, las noticias al despertarse
clamando su aburrimiento al desoírlas…

¨¨ Detienen una casa por allanar un anuncio
sospechoso de batir el récord de datos falsos,
ofender a unos ladrones, insultar a unas cuca-
rachas, y agraviar a unos platos anulándoles
el hambre ¨¨

No obstante, lo que más se observó y nadie estaba
de acuerdo, fueron las variaciones sobre el tema de
la ausencia…. Tangible en la memoria y concreta bajo
la tierra. Si bien, la visibilidad mejoraba en forma inter-
mitente, como cangrejos en la arena al sufrir vértigo.
La parte engañosa que se debe recordar es que todo
era demasiado claro y evidente, y la tarea de recolectar
los es peligrosa y ardua, pues ahora se tiene que saber
cuando la intimidad es una dictadora e intimida a la
soledad con acompañarla día y noche, como un experto
piloto de avionetas, en el espacio cubierto de moscos
y en el marcado aletargado de los cacahuates.

Cualquier cosa era menos que arbitraria, por la fuerza de
la mayor de las obligaciones involuntarias y el espíritu de
trabajar en equipo, causando el mayor daño posible a los
compañeros indiferentes al despido injustificado de los
más experimentados desempleados, les faltaba además
el aceite de un mínimo saludo, y los motores dejaron de
funcionar. Estos son los que abren los huecos, los que
toman los candados como esclavos, los que obligan a
las montañas a escalar los pozos… ¡ Es necesario que
no lo sepan, ni siquiera después de ocultarlo al universo
del olvido !.

Nadie lo había notado, un camino a lo lejos saltaba con
toda la impunidad de una cáscara de plátano apilando a
los obstáculos furtivos, describiendo círculos planos
sobre unos montículos de viento. A pesar de todo, la
proliferación de la violencia era un completo fracaso, nada
podía acrecentarla, ni aún con los subsidios exorbitantes
de las más ingeniosas intrigas, y las enormes dificultades
para negarse a trabajar con los máximos salarios y tolerar
la excesiva honestidad… ¡ Todo arbitrariamente planeado !.

Sucedió que era un estanque, evidentemente con apetito
surgido al encontrar unas gacelas demasiado tiempo per-
didas en el poblado boquiabierto. Por lo que causó mal-
estar, ver el espacio que le dedicaron a la nota, y ya no
estoy acostado todo el día esperando la siguiente.
Gracias sobre todo, a la investigación más reciente para
crear el mejor desconcierto, que pueda someterse a la
quimioterapia sin usar la tecnología de la yerba seca.

Como no decirlo, imagínate el número de cabellos que
podrían detener la caída de una persona sin combustible,
en un bosque tropical y desayunando cocodrilos.
Todo era muy reservado, los rebaños cargaban la sequía
de un pastor cubierto con las hojas de un agotado plumaje.
Se requiere de una mente metódica para anotarlo y de una
voluntad indomable para olvidarlo como el acero.
En el extremo inferior del cuadro, las ideas, son sin embargo,
desconcertantes, carentes de un marco de confianza, y claro,
hacia el desierto abierto de las suaves sombras.

¡ Que sorpresa, de repente ya estamos en el final del
secreto !. Este es resistente al tiempo, vive atrapado
en la arena de un reloj de sol, educado con rapidez.
En completa oposición a los cinceles fabricados por
el sueño de las aguas, con la crema de los cables y
el perfume digital diseñado automáticamente por el
suelo de crestas afiladas como navajas, que despliegan
las alas para aumentar la población de kilómetros fuera
de las palabras de moda. ¡ Arbitrario, arbitrario !.

El anochecer estaba en calma, sin intentar esconderse
bajo una violenta vela que daba conferencias, tomando
el pelo, y comprando aplausos en la esquina más baratos,
además saludaba sonriendo y cobraba sueldo.
Decidí no saber más de ello después de quince minutos,
en un paisaje silvestre al límite de sus posibilidades, con
un aumento del fulgor urbano, pobre en los sufrimientos
inéditos, y con la valentía de un ferrocarril arrepentido.
Porque sacar sangre a las piedras debería estar prohibido.
Y habría que explicar la paz caída de aquella manzana.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
(Del texto y de la imagen)

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Amor Deshidratado… (Posmoderno)

… ¡AMOR DESHIDRATADO! …
(Posmoderno)

Por
Su larga cortedad
Por la hidra, dormida y llameante
Helada
Del poder resolutivo rechina
Como
Contrario a la desmesurada sensatez
La hidra queda
¡ Y oblicua la sed sacude !
Hoja…

En larvas añejas de mineral suspiro.

Por
Su larga cortedad
Este sonoro fermio
! Y el amor humano es !
Caso, catódico, dulce y astigmático…

Y
No cambia ningún viscoso voltímetro
¡ Qué late !
Sólo fósil manómetro
No
De hipodérmicos uranios
Continúa
La resistencia de carga lactosada
Sintiéndole…

Sino, del pigmento poroso
Y
Del sifón exponencial del triángulo
Haciéndose
Del tuétano, diálisis sintética…

Sentir
¡Aquéllos algebráicos volúmenes !
En
Estas térmicas ballenas
Las
Nuevas corrientes barbitúricas
A
Través de éstas…

¡ Concepciones de prismáticas probetas !

Del disfraz tenaz
En las partículas de Octubres
El
En los lingotes refractarios
Horror… ¡¡ Qué se pregunta hidrante !!

¿¿ Qué talcos son tan vertebrales ??
Sin
Palabras… ¡Es la combustión de los coloides !
¡ Sí, claro qué sí !
Es uno de los tantos insolubles
Ello… ¿?… ¡Es!
De los fenómenos, neutrinos
Es
De los movimientos estáticos
Posibles
Los…. ¡ Primeros néctares acrílicos !.

Larga, helada, como la hoja del invierno
Y qué, no continúa sintiéndose reverdecerse
Haciendo
sentimientos al través de mil
pieles un sólo disfraz…

Y el horror sin palabras… ¡ Calla la calle !
Si, ello es posible… A la hidra del mañana.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez (Del texto y la imagen)

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