Un rancho de terrón cerca de la cañada. Un rancho de terrón con un par de ombúes dando sombra a un matungo flaco, un coronilla raquítico y un cañaveral. La paja del techo está desprendida en el extremo sur y se sacuden con los remolinos de viento algunos penachos, como saludando… Una puerta carcomida da acceso a una única pieza. Es el dormitorio principal. Haciendo martillo, dos ranchos más, el dormitorio de los gurises y la cocina. En el peladar del patio se arremolinan algunas hojas con el viento sur que hoy sopla con fuerza. Es un treinta y uno de mayo… Ha demorado en clarear y una lluvia finita golpea contra la puerta. Romualda, la comadrona del lugar acaba de irse.
— Me dijo la vieja Romualda questás bien… Más vale ansina… Ya se jue. Le di cuatro riales y un poco de gofio. El Boliva ya mató una gallina y vamo a hacer un hervido pa que puedas tomar una sopa…
–¿Viste la niña?… ¿Es lindaza, no?…Le vamo a poner Corina. Me gusta el nombre. ¿A ti?
Para empezar debo aclarar que Moisés no es filósofo ni es manya. Moisés es profesor de Filosofía e hincha rabioso de que pierda Nacional. Pero bueno, en Yopará todo el mundo habla de él como el filósofo y no hay nadie que piense que puede ser de otro cuadro, que no sea Peñarol.
Moisés nació en Rincón de Yopará como su padre Elías, al igual que su abuelo Jesús, que su bisabuelo Mateo, que su tatarabuelo Lucifer. En cuestiones de nombres, cada familia un mundo.
El Mago Chinglint´ing vivió desde siempre al norte de China, en un lugar montañoso, casi inaccesible . No se sabe si esto era así por destinos de la naturaleza o por sus artes mágicas. Como era un mago muy viejo y sabía todo lo que hay que saber, se había aburrido bastante con esto de crear cosas a partir de su voluntad con ceremonias y artes milenarios. Imaginaos, miles de años siempre disponiendo las cosas a su antojo, creando y recreando todo lo que a diario le apetecía. Además, para colmo de males, siempre había cumplido con el juramento que le hizo a su tataratataratataraabuelo, de que para ser un mago digno de ser tal,debería cumplir los diez mandamientos de la biblia de los magos y que dicen:
¡Yo no estoy loca!. Yo no estoy loca ni nunca lo estuve. Locos, realmente locos están ustedes. .. ¿Por qué me miran así? . ¿Acaso no ven que la noche ha llegado y hay que cerrar bien las puertas, dar de comer a Mimí y apagar el farol?… ¡No, no se me acerquen, no se me acerquen les digo!.
El poblado de Iporá amaneció hoy consternado con un terrible episodio que ocurrió pasadas las diecinueve horas de ayer…
Cuentan algunas personas que los primeros años del matrimonio entre Gualberto Capelucetti y María Mirta Morales, transcurrieron en total y absoluta normalidad. Con la llegada de los hijos sin embargo, las cosas cambiaron sustancialmente. A doña María Mirta se le dió por hacer huelga de brazos caídos y dejó de cocinar, después dejó de limpiar, después dejó de lavar la ropa. Don Gualberto tuvo que armarse de valor y empezar a tomarle cariño al lampazo y al trapo de piso y en sus pocos minutos libres, comenzó a leer el Crandon.
Debe estar conectado para enviar un comentario.