Mamita…mamita !. Mi mamita querida… ¿Cómo estás?. Yo siempre me acuerdo de ti aunque no venga a verte… A veces pasa el tiempo, pero tú sabes… el trabajo y las tareas de la casa, casi no le dan tiempo de nada a una. Claro, yo nunca dejo de venir en las fechas importantes. En tus cumpleaños, en Navidad, en Año Nuevo, el día de las madres, cuando hace fecha del fallecimiento de papá… ¡ Y siempre te traigo flores!. ¡Siempre!.
Hoy te traje rosas amarillas que a ti tanto te gustan. Voy a tirar estas que ya se han quedado viejas y te voy a arreglar estas otras. ¡Son tan lindas!. Las compré en la florería de Anselmo, y te voy a decir, no me salieron caras para nada. ¡Para nada!. Además, cuando uno gasta en algo que le gusta, siempre está bien, ¿verdad?
Hoy vine a hablar contigo porque necesito tu consejo más que nunca. El consejo de una madre siempre es importante y tú nunca me fallas. Tú guias mis pasos, mamá.
Bueno… No sé ni como empezar mamita…. Antes me sentabas en la falda, me estrujabas a besos y con palabras que nunca eran de reproche transformabas mis lágrimas en sonrisas… ¿Te acuerdas de eso mamá?. ¿Te acuerdas? .¡Hace tanto tiempo ya!.
…. ¡Pero ahora!…. Yo tengo que ser franca contigo y contarte todo, todo, sin omitir nada. ¡Ay mamá!…. ¡Perdóname mamá!. ¡Perdóname aunque más no sea por esta vez!. Es que las cosas se dieron tan rápido, tan de improviso, y tú sabes, yo soy tan alocada, tan alocada, que a veces hago cosas sin consultarte, sin decirte nada. No sé mamá, si fue por miedo o por verguenza, o …. Hice cosas mamita y no te consulté… Hice cosas…. El martes pasado…¡Sí!. ¡El martes 15 de agosto!. ¡Me casé…! Me casé mamita, si, me casé . ¡Como lo oyes!. Y yo, tu hija que siempre está a tu lado y te dice que te quiere tanto, tu hija, recién hoy, viene a decirte a ti que vive con un h0mbre… ¡Qué horrible!.¡Qué horrible mamá!. Bueno, en realidad no es tan así… todavía no vivo con ningún hombre, no, no vivo con ningún hombre…. ¡Ay de mi!…
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