La distancia y la vida nos separa,
en un mundo lleno de reglas y contradicciones,
llegando el miedo, abarcando en la inseguridad,
sin dejar pensar, sin poder escapar y más aún, sin poder perdonar.
El tiempo es la clave a esta angustia asfixiante,
para reencontrarse con lo que se tuvo, lo verdadero, lo puro del sentimiento y espíritu,
y ser rebeldes contra el mundo y la vida, para protegernos mutuamente, que difícil decisión, pero solo quiero ingresar en lo profundo de tu mirada, para perdernos en un mar de estrellas y amarnos eternamente.
El amor perdido en el inframundo de la desolación, el dolor de causar dolor, es prisionero de sus ideales, intransigente de lo que piensa, el sonido del silencio y el sentir de la angustia, se hace insostenible,
Pero en el horizonte se percibe una luz de esperanza, que llega de forma inesperada, hace remecer mí mundo y desciende por la oscuridad profunda del abismo, sin marchar atrás, sin temor, con el fin de rescatar lo que algún día se fue sin dar aviso.
Nuestro amor tan irracional,
con sus cambios discretos y buenos momentos,
con la desconfianza de por medio
que carcomía nuestro pensar.
Con la forma tan sutil de decir te quiero,
es mejor dejar las cosas así.
¿Qué le paso a la insistencia de seguir?
¿Se acabaron las ganas de continuar?
Fantasmas que se reflejan como inseguridades,
demonios que se interponen a la pequeña luz
de nuestras manos entrelazadas que; al caminar, no importaba nada más que estar juntos.
Tu perfecta mirada, y mi manía de sentirla;
tus perfectos labios
y mi inquietante obsesión por besarlos,
Ahora estas pero no te puedo sentir
¿Tu deseas sentirme?
Nos faltó tanto por vivir, o vivimos lo suficiente
¿Entregamos todo de nuestro existir?
¿Te aburriste de mi forma de ser?
¿Qué nos pasó?
¿Por qué tu irracional forma de dejarme ir?
Ahora, continuo con mis días;
ocupándolos para tratar de no pensar en ti,
sé que no volveré a sentir lo que siento por ti;
pero, si no fui lo suficiente para ti,
y solo te hice sufrir,
es mejor dejar las cosas así.