Y tu cuerpo junto al mio sudado y siendo amado.. Y tus sueños junto a los míos, reto de un amor apasionado.. Y tus labios, y tus senos, tus muslos los acaricio con mi mente.. Es tu mirada, es tu sentir es tu alma apasionada la que vive dentro de mí.. Es tu ser de mujer que acaricia mis sueños. Como el viento en verano suave y fresco acaricia tu cuerpo Es tu pensar que me despierta soñando que estas a mi lado..
Quisiese observar lo valioso de tu ser; infinidad de colores te conforman, en un estallido se mostrarán.
Siempre esperando que un rayo de sol refleje nuestro verdadero ser, pero solo basta con los ojos correctos reconociéndonos más allá de lo que pretendemos ser.
Siameses caminaban Por aquellas calles Donde los delirios Pasaban sin aviso Y las quimeras divagan Como el propio olvido Donde los lobos Preferían esconderse Y las mujeres Comían los corazones De borrachos olvidados Por el amor Las calles eran frías Igual que las niñas Que desde temprana, edad Les tocaba aprender a madurar Drogas en las esquinas Bares abiertos todo el día Que era más visitado Que la alegría Las iglesias cobraban un peso Por ostia y confesiones Las calles más oscuras De la ciudad Donde es escasa la felicidad En esas calles donde me sentaba Yo, a escribir poesía Las miro y siguen igual Desoladas entre la penumbras Las calles de las que nadie Les gusta hablar.
El viento de la nostalgia arrastrándome hacia el lado opuesto, viendo como te pierdes en la lejanía, pues soy un barco a la deriva y tú eres el faro que guía mi camino cuando las olas del mar me golpean con su impetuosidad.
Es lo brillante de tu ser lo que hace que regrese al lugar en el que soy feliz. Verte a los ojos es contemplar la inmensidad de cielo y mar.
Autora: Gabriela Valencia
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