Antesala A Mi Muerte

Un hombre deslumbrante está frente a mí…
Me mira a los ojos y luego llora cabizbajo.
Luce una túnica violeta oscura hasta los pies.
Veo que trae en su mano izquierda
un ramo de rosas negras marchitas,
y en su mano derecha una hoja
en la cual hay un poema escrito.
Ahora me mira otra vez y
se presenta con una enérgica voz:
–¡Hola, soy Odín! –dice, y luego
lee el título del poema: “Mi Muerte”,
de un tal Macada Buvahoqui.
No me conmuevo ante tal poema,
simplemente le digo que,
antes de que comience su lectura,
me permita encender un cigarrillo.

Mateo Calderón 

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La Casa Oculta

Capítulo I: Dentro de la casa

Hubo una vez en que yo salí de mi casa y me encontraba caminando a las afueras de la ciudad buscando nuevos paisajes con que deleitarme, cuando de repente mis ojos chocaron, con algo increíblemente extraordinario, una casa abandonada, pero, esta estaba medio de un verde bosque que se perdía con las tinieblas. Al principio parecía aterrador para mí, después lo pensé mejor y me dije a mi misma que no era para tanto, sin embargo tome valentía y decidí atravesar la misteriosa legión de árboles y adentrarme en la casa.

Toqué la puerta varias veces, pero nadie atendía a mi llamado, así que la abrí y entré. Solo por cortesía pregunté si había alguien y solo me contesto, ese sonido de silencio que la invadía, al parecer la casa aparentaba estar sola y deshabitada por un largo tiempo. Luego decidí recorrer todas las habitaciones que se aguardaba, primero tomando como lugar de exploración la sala. En ella, hacía parte una decoración de cientos de telarañas, y por supuesto, el polvo que nunca falta, además de una oscuridad infinita que acompaña aquel lugar. Estaba nublado y dicho estado se resistía a alejarse, pronosticando una lluvia interminable.

Entre todos los tesoros que se escondía, destacaba un cuadro pintado al óleo, cuya firma de su artista era de un  nombre extranjero, y registrado en el año 1508. En él se veía retratado un caballero. A decir verdad por su gesto y postura, demostraba seriedad y arrogancia. Lo tomé y le traté de quitar un poco el mugre que lo había estado acompañando. Lo observé y después ví que era muy joven, sin embargo, llevaba armadura y aparentaba ser mucho mayor, pero no, tendría aproximadamente unos 20 años o quizás menos, la contemplé por un momento y después la volví a dejar en su lugar, y decidí explorar otras habitaciones buscando más sorpresas interesantes.

Subí las escaleras, para poder toparme con otros lugares de la casa, decidí entrar en la primera habitación que encontré, tenía la puerta casi totalmente cerrada, así que tomé el picaporte, que estaba oxidado y lleno de ese pegajoso polvo que se resistía a quitarse de ella, lo limpie un poco y lentamente la fui empujando. Cerré fuertemente los ojos cuando empecé a darme cuenta de que cada vez que la abría, rechinaba más, y mi corazón se aceleró, pero después tuve control de mi pánico y entré. En la habitación, me encontré con más telarañas, polvo, y vidrios rotos, quien sabe por qué. Aunque las paredes no se veían tan viejas, estaban manchadas, con una sustancia que no sabría describir. De pronto, mis oídos detectaron un sonido que provenía de abajo, se oía como si algo se hubiera caído. Mis ojos se abrieron como dos platos y un frío escandaloso me recorrió de pies a cabeza a la velocidad de la luz. De lo aterrada que estaba entré en shock, por unos segundos. Después me reincorporé, pero tenía que ser precavida ante cualquier movimiento que significase peligro.

Salí del cuarto, y despacio bajé las escaleras, aquel ruido parecía ser originado desde la sala así que fui para allá y para mi sorpresa, estaba lloviendo, se había oscurecido y estaba tronando fuertemente. Todo andaba muy raro, puesto que nunca sentí el golpeteo del agua sobre el techo. De nuevo mis ojos quisieron salírseme de las órbitas  cuando descubrí, que aquel cuadro que había dejado exactamente donde lo encontré no estaba ahí. Ahora si estaba completamente asustada, mi corazón tembló de miedo otra vez y era imposible que se hubiera movido solo. Me dispuse a localizar su ubicación y cuando finalmente lo hallé, su posición estaba boca abajo. Lo pensé mucho para voltearlo, no lo levanté, quería arreglarlo ahí mismo en el suelo, y cuando lo hice el rostro del muchacho inmortalizado en la pintura no era visible, por la oscuridad.

Entonces un trueno cayó, iluminandola completamente.  No me atreví a verla porque en el momento en que pasó salí huyendo de esa casa. Me encontraba con el corazón en una mano y con la otra impulsandome más para correr entre la lluvia que no cesaba.

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Despertar!

A pesar de todo seguía ahí, no se que esperaba, hacia ya mucho tiempo le había dicho que se fuera, pero al parecer ella no había entendido nada, no podía comprender que todo por lo que había luchado se estuviera destruyendo, y ya ahí , no había nada que hacer todo se caía lentamente sin que ella pudiera tomar al menos un  pedazo para ponerlo en su lugar , sabia que tenia que marcharse, pero no se movió, acaso quería ella destruirse con todo, ya su corazón destrozado y en pedazos no luchaba tan fuerte como antes, sus sueños habían desaparecido , ya nada quedaba, solo tenia que marcharse, cada día despertaba creyendo que tenia una gota de esperanza de que podría haber  un mañana mejor, pero aun hasta esa gota se consumía día a día lentamente y ella moría con ella, sus lagrimas cegaban su mirada, sus ojos vidriosos y opacos no lograban ver lo que sucedía, tenia que huir!! y lo pensó muchas veces , pero tenia miedo afuera estaba oscuro y sabia que podría perderse en la oscuridad, las cosas se fueron cayendo y destruyendo sobre ella y sentía  los golpes y el dolor que generaba su caída, al  final salió corriendo antes que el muro del dolor  la aplastara,  se fue sabiendo que  por dentro se estaba también destruyendo, ya no tenia una ilusión, ni amor, ni esperanza solo  quedaba el vacío y el dolor los cuales  ocupaban el lugar en el que antes creció una esperanza de amor que se esfumo cuando te conocí

Nichecami

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El Tú De Mi Ser

Como tratando de entender tu mirada, esa infinidad en tus luceros, la viva imagen de la perfección, tu ser que no concernía a esta raza, opacando todo lo que entendía por bello.

La lira de tu voz, armonía sinfónica angelical,
Cabello celestial, rostro sublime, y tus ojos…
Ay de quien los vea, pues de ellos es imposible escapar. Labios esculpidos por dioses y el don de enamorar con cada paso que dabas.

Desgarrada estaba la realidad de tu existencia, eres la aglomeración de mis sueños, las infinitas noches son trazadas por tu belleza, vida mía.

El viento que susurraba a tu cabello, la luz que acariciaba tu rostro y mi reflejo en tus ojos fueron los factores que decidieron creer en el amar, creer en tí

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