Mi tierno e insistente Arturo, son ya tantas las cartas que he recibido de ti, que ahora quiero que tú leas lo que yo quiero decir:
Arturo antes de ir al punto déjame hacer un poco de historia.
Cada mañana me siento frente a la ventana –aquella que solías tocar a pedradas- y viendo hacia el parque puedo contemplar cómo ha cambiado la vieja plaza, las bancas, el kiosco y por supuesto los chiquillos que ahora la suelen habitar.
El té de hierbas me sabe exactamente igual, ya pude saber tu secreto, 2 de azúcar y una pisca de sal.
Cuando hace calor abro la ventana para que el viento pueda pasar, pero cuando lo hace –no me juzgues de loca- escucho al viento murmurar. Me dice tu nombre, también me pregunta que donde estas, y al oír esto mi vista empieza a voltear, buscando el columpio, que aun cuelga del huizache, que la modernidad no ha podido tumbar.
Y una solitaria y triste lagrima, por mi mejilla empieza a deambular.
Y te veo a ti y me veo a mí, jugando como pingos y aprendiendo a amar.
Vienen a mi mente los versos que solíamos escribir, cuando tu hacías los tuyos yo te preguntaba, ¿Para quién son? Y te ponías rojo -como ceniza volcánica- cuando decías.. “es para ti..”
Y yo? Yo te daba un beso, el más tierno beso que alguien haya recibido en el mes de abril.
Qué bonita nuestra infancia, que bonito nuestro amor, y la banca, el kiosco, la plaza y aquel árbol testigo de un sueño que nunca culmino.
Pero bueno, eso es lo pasado, un pasado que le he guardado luto hasta el día de hoy.
Ahora si vamos al grano…..
Arturo ¿Qué nos paso? ¿Por qué la fuente de los abrazos, de los besos y de los sueños, un día se seco? ¿Dónde quedo aquel chiquillo, que de mis hijos, quería ser su progenitor?
¿Por qué tantas cartas? Has invertido más tiempo en hacerlas que el tiempo que duro nuestro amor.
Me has dicho en tus cartas que me amas, pero ¿Cómo puede creer eso una persona después de que se le engaña?
Acuérdate del dicho, “quien engaña una vez, otra vez te engaña”.
Arturo, ya no quiero que nos lastimemos mas. Fuiste el amor de mi vida y sé que por siempre lo serás. Me dañaste un día, y la herida palpitando aun esta.
Busca ayuda, alguien te la dará, estas a tiempo de tu vida reanudar, pero te aconsejo, que lo hagas en serio ya.
Y por respeto a nuestra historia de niños, mi tierno e insistente Arturo, ya no me escribas mas….
La pequeña Frida.
PD.
Si un día quieres saber como estoy, ponte a mirar las fotos que destrozaste por celos, y cuando veas como se ve o como quedo la foto después de pegarla, te darás una idea de cómo quedo nuestra relación.
Autor Arturo.
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