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Andrómina

ANDRÓMINA

Encadenado por el viejo eco,
entre aquellas agujas que se ocultan,
y desayunan en el bosque cada nube,
dormiré sin calcetines un sombrero.

Donde caminan los cuadros ebrios,
con los últimos otoños tristes.

Donde los libros leen sin lentes,
con las sillas sembrando pantanos.

Donde ninguna alegría teje hielo,
con el agua tímida del vidrio.

Lo sabía, lo sabía.
El carbón de la escalera.
¡Y no dijo nada!. Tampoco la escarcha,
ni el corcho de la lluvia de viento,
con la mejilla en un simple grito.

Y eso fue todo… Camina y escribe,
con la sangre del tiempo. ¡Luz!.
Los hilos de la noche nada saben.
Por eso el techo tiene pena,
y la pana pierde al pan del circo.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez

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Imbricados Imberbes

IMBRICADOS IMBERBES

Labios como engaños vuelan,
opacos como bayonetas duermen,
vibrando como blancas tumbas,
muslos como soplos suaves.

Acaríciala, endurécela, gózala…

En las perlas tiernas
En las parcas tunas
En las puertas blandas
En las piras dulces.

Gárgolas, grávidas, góndolas…

Carretas de penas abatidas.
Soledades ciegas, llanto y techo.
Donde el espacio muere lento
Donde la pared murmura…

Espátulas, espéculos, carátulas…

Una vez delgada flama
Una vez néctar nácar
Una vez núbil dátil
Una vez vértigo fértil.

Ósculos ópalos ágatas…

Con la sombra de los minutos
agotados los mares miran
los fuegos menos calientes
los hielos menos tibios.

Espectáculo, pacífico, magnífico…

Avivando los recuerdos al alba.
Sepultando las noches necias.
Por el castaño bosque tibio.
Los lenguajes del silencio.

Imbricados, imberbes, imbricados.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
(Tanto del texto como de la imagen)

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Grito Horizontal…(Dadaísmo)

GRITO HORIZONTAL
((( Dadaísmo )))

Corre bajo la tierra sangrante
un olor a silencio de hielo
cerrado al recuerdo
a cualquier hora
del aire temeroso
acuchillando al cuaderno en el árbol azul
el ave de rodillas esconde al canto
contando el sueño de arena
con la seguridad que fuma un alfiler

el hilo cayendo del techo
descansando a la sombra del frasco
en la orilla con nervios
con el sueño perdido en un tapete
dulce clavo hecho de lápices y plumas
por las hojas a los ojos con letras

en las cadenas que usan anteojos
saludando a los canguros saltando las olas
tan lejos como los dátiles en invierno
lloran sus raíces de lámina y hueso
tomados de la mano de la lluvia
en el papel de hacer la tinta verde
por los pliegues del bolsillo
que inflexible llama al vientre diente
entre las flautas de la estepa que tapa
respetando el sabor con el ojo
en las piernas aterciopelando el oído

sin odio ni nudos en las paredes
a modo de campanas con collar
que dejan entrever la sonrisa del carnero
en la neblina ignorada por el coco
saltando los gusanos con su fiebre
en el rincón clausurado con ilusiones literarias
por los humos del futuro arrastrado
el suelo
belicoso
con el pasado
de imposible
renacimiento.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
(Tanto del texto como de la imagen)

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