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La Casa Que Emergió De La Arena Parte 1

la casa que emergió de la arena.

mi esposo leo y yo Mari, compramos ase dos años un casa alas orillas de la playa en bache bit, era preciosa, aunque algo envejecida nos encanto a primera vista,nos gustaba el sonido del viento y las gaviotas que siempre se pasaban despreocupadas de aquí para aya pero esta historia no es para contar mi felicidad en este lugar , es para contar de aquella casa misteriosa que de la nada emergió de la arena, a los dos años de verme mudado con leo a aquella dulce casa hubo un día en que la niebla cubrió todo el lugar tan espesa que nos quedamos encerrados en casa acurrucados frente a la chimenea, después de quedarnos dormidos empezamos a sentir como la tierra se removía, uno de mis  jarrones favoritos se cayo con mucho estrépito y todo en cuanto había en la pared parecía bailar

-corramos fuera- me dijo leo mientras me alaba por el brazo y salíamos estrepitosos por la puerta no pudimos siquiera mirar atrás con lo que estaba pasando en frente de nosotros algo estaba saliendo en la orilla de la playa de entre  la profundidad de la arena

-¿que es eso?-pregunte sin saber a quien, aquella casa después de alzarse enfrente de nosotros con furia habia dejado de temblar todo dejando  ala vista algo que era espeluznante era piedra sobre piedra y encima de ella una casa con puertas y ventanas selladas lo mas horroroso no era la casa si no, la picas con cráneos gigantescos que se alzaban a su alrededor como si fuera una cerca por un momento me dio pánico de que espectros salieran de aquella casa pero no sucedió nada, me senté en la arena a esperar que aquella casa desapareciera mientras mi esposo lo único que quería era ir a explorarla

-solo es una casa Mari-dijo

-una casa fantasmal que ha salido del suelo como de la nada- el me quedo mirando pensativo, luego, se sentó a mi lado y no paso mucho rato que la luz del sol empezo a aclarar a aquella horrible noche

el señor Tom, el que nos había vendido la casa y el cual era el vecino mas cercano que teníamos fue el primero en aparecer junto con una multitud de gente

-no puede ser-

-la casa de los Mendez volvió- se susurraban algunos pero no se atrevían a a entrar a la casa solo la miraban por fuera mirando todo su alrededor

al final la gente se fue  poco a poco, ya al llegar de nuevo la noche,sentía aquel miedo de esa casa que estaba justo enfrente la mía sin embargo al siguiente día solo el señor Tom apareció,tocando nuestra puerta

-buenos días señora Mari-me dijo con su voz quejumbrosa-le importaría si hablo con usted un momento-

-no, claro que no , en lo absoluto- le dije, leo ,Tom y yo caminamos hacia la orilla de lo que era antes mi playa ahora era un montículo de piedra con una casa horrorosa encima

después de dar muchas vueltas al asunto el señor Tom me pidió permiso para entrar en aquella casa, yo le pregunte el porque y me contó esta historia que mas tarde corrobore era Cierta

-ase cuarenta años cuando yo era era un muchacho de apenas dieseis, vinieron aquí los señores Mendez, ellos vivían y eran dueños de estas dos casas, yo solía trabajar para ellos limpiando pero eran personas muy misteriosas, en la casa que ustedes ven ay, ellos guardaban un secreto en un cuarto, era como una especie de altar o algo,de allí ellos sacaron esos cráneos antes de que la casa fuera adsorbida por la tierra, yo mismo vi a lo lejos cuando la casa fue tragada pero nadie me creyó excepto unos cuantos, cuando su abogado puso en ventas esta casa con todo el alrededor no pude evitar sacar todos mis ahorros para ir a la universidad y comprarla, no se imaginan como se pusieron mis padres,pero yo en el fondo savia que la casa algún día volvería y quería ser testigo de ello,sin embargo por mi edad y cuestiones de salud decidí venderla , ahora solo les pido el permiso a ustedes para poder entrar y ver que era lo que la señora y el señor Mendez escondían en esa casa, y claro si ustedes quieren acompañarme yo no tendría ningún inconveniente-

el señor Tom tenia muchas ojeras a mi parecer no avía podido dormir toda la noche pensando en aquellas casa sin embargo la voz de mi esposo me saco de mis pensamientos

-yo iré con usted-dijo leo su espíritu aventurero no se comparaba con el temor que yo tenia sin embargo muy dentro de mi existía algo que se llamaba curiosidad

-yo también voy- dije

continuara…

¿QUE ENCONTRARAN EN ESA EXTRAÑA CASA?

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Ciudad De Cartón

La madrugada la muestra tan dueña de sí misma, libre del peatón atolondrado, los semáforos en rojos intensos es el toque de queda para el viajero del pavimento, los edificios descalzos juegan a las escondidas con las aceras, la ciudad de cartón renace con la partida del sol.

Las luces de letreros publicitarios suministran de energía a la urbe, los balcones de las casas dan la bienvenida a la luna, quien los observa con mucho agrado desde el palacio azul marino que iluminan las estrellas, sus parques están disfrutando del vaivén de los columpios, los árboles deslizan sus hojas en la resbaladeras y el césped llama a las flores para que se les unan en esta alegría.

Los viejos cimientos narran historias del pasado a los jóvenes inmuebles, mientras los puentes danzan al son de la melodía que producen los postes de luz con sus cables, con ella armonizan los dolores que el día dejó y antes de que los turnos entre los astros cambien, la ciudad de cartón habla a solas con el río, le pide proteja a sus habitantes de cartulina.

Sabe que en breve todo retornará a la normalidad de siempre; con ese ruido que no arrulla, en la que sus calles son agitadas por los pasos del insensato, el caos sofoca el tránsito con el embotellamiento de vidas, seres inmunes a los sueños, donde la magia se apaga por la codicia que maneja su entendimiento y transforma a la ciudad de cartón en la jungla de cemento.

Ciudad de cartón ciudad de carton

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EL DÍA QUE DIOS ME VISITO.

Eran como las cuatro de la tarde, nosotros vivíamos camino a la subida de Necoxtla, cuando de repente se presento un señor un limosnerito sin zapatos, y con ropa muy roída de momento me espante y empecé a gritar.
-¡Abuelita! ¡Abuelita! Hay un hombre en la puerta.
A lo que el hombre me dijo con dulzura.
-No nena no te espantes. Yo solo vengo a preguntar ¿Sí no tienen algo de comer?

Mi abuelita al oír los gritos, salio vio al señor y le pregunto.
-¿Qué desea usted señor?
-Tengo hambre y sed señora vengo de un lugar muy lejano, no tendrá algo que calme mi hambre y mi sed.
Es lo que le contesto el señor, mi abuelita sin ningún temor le ofreció una silla, el limosnerito se sentó en ella descansando sus pies se veían ampollados de todo lo que había caminado.
Sin ningún sentimiento de codicia busco ropa que mi papa no usaba pero que estuviera en buen estado se la dio.

-Señor pase al baño y póngase esto, para que no le frio es ropa que ya no ocupa mi hijo y también estos zapatos eran de mi esposo.
Esto le dijo mi abuelita y el señor paso a cambiarse de ropa y se puso los zapatos en lo que mi abuelita le servia un plato de sopa caliente y le hacia un blanquillo no éramos de dinero.
Pero mi abuelita era de un corazón noble y desprendido así que mi abuelita lo atendió como si fuera un familiar un poco agua de limón.
El señor se dirigió a mi abuelita y le dio las gracias y con mucha ternura me hablo diciéndome.
-Aprende que la nobleza y desprendimiento del corazón de tu abuelita, es una mujer excepcional.
Cuando nos dijo esto se despidió y se marcho rumbo a Necoxtla y yo me le quede viendo a mi abuelita y le dije.
– No te dio miedo era un desconocido a mi me dio miedo abuelita. Pero los ojos del señor eran muy buenos.
Mi abuelita se sentó en la silla y me cargo y me dijo.
-Eso hay que ver, la bondad y la nobleza de los corazones y aprender que a veces en una persona como esta se te puede presentar dios probando tu fe y tu corazón.
Yo me baje corriendo y salí a la calle a ver para donde se había ido el señor y lo vi caminando todavía hacia el cerro,
Y cuando llego a la subida volteo y movió su mano despidiéndose de mi pero ya no subió el cerro subió en un rayo de sol hacia el cielo, y su cambio era impresionante llevaba una túnica blanca y cabello largo y la ropa que mi abuelita le había dado quedo en el lugar. Le grite a mi abuelita.
– ¡Era dios abuelita! ¡Era dios!
Mi abuelita sonrió se encamino a donde había quedado la ropa, y la recogió y alzando sus ojos al cielo dijo.
-Gracias Señor por mostrar que existes,
Y por tu visita gracias por tantas bendiciones. Y por que a mi nieta le has demostrado que existes.
Desde entonces y para entonces veo a la gente humilde a los ojos por que se que entre gente muy humilde puede andar ¡Dios! Solo en sus ojos hay amor, Bondad, Nobleza y todo el amor de un padre a sus hijos.
Hemos de fijarnos bien de lo que nuestros ojos ven, para guardarlas en nuestro interior, y pasar nuestras experiencias a nuestros hijos y a nuestros nietos.
Y dios siempre esperara a que nosotros le abramos nuestro corazón fíjate bien dios puede estar a tu lado
Escrito por. Akire Astrid la nave de los dioses.

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OTRA VERSION DE SU SONRISA

Era otra versión de su sonrisa, le parecía que el mundo se detenía, agitando en silencio la calma de la tarde. Se presentó ante el espejo, dudando si ese seria el momento exacto y si su sonrisa tendría el poder de doblegar el implacable ardor del aire seco.

Le parecía que el eterno instante quieto, fuese solo una fracción del segundo de un viejo reloj imaginario y que el péndulo seguía su curso marcando el tiempo del pequeño mundo que rodeaba su sonrisa.

Aquel espejo, reflejaba el sereno placer de figuras inquietas, detenidas en la sombra del cristal  aquel, que solo podía retener un sueño.

No era el sueño de la muerte, tampoco contenía la posibilidad de asesinar las ilusiones, pero con la fuerza suficiente, de contener la alegría de seguir viviendo.

De pie frente al espejo, en el abismo incansable de las grandes ideas, se aproximó a una de ellas,  y escogió la que creyó más conveniente.  Un fantasma tal ves del pensamiento, o la ilusa pasión de un sentimiento. Y como gastar su última idea en el instante sonoro y mudo del mundo real de quien esconde, la más dolorosa de las penas en el alma.

Era el instante más cuerdo de su mente, el médico observó sus ojos quietos. Formuló la fatídica pastilla y desapareció nuevamente en su recuerdo.

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El Sueño

Ayer en una noche con el sultil brillo de la luna que se enreda en tu pelo,

ligeramente tu mano posas en mi rosto, mientras yo incapaz de poder hacer el mismo gesto

lloro, estando encadenado en esta cama.

Como la lluvia imparable tus lagrimas no cesan,

tus pasos firmes pero delicados se alejan y se pierden con la luna ocultandose en las nubes

La noche ase efecto y hacen cerrar mis ojos para no abrirlos mas.

Veo la primera vez en que te vi pelo negro como la noche

capaz de atrapar el brillo de la luna,

tu ojos azules tan profundos como el oceano capaz de ver el interior de mi,

siendo el cobarde de siempre no fui capaz de acercarme, solo alejandome como siempre.

Te vi semanas despues sentada en un parque, donde tus lagrimas decoraban un pañuelo

y tus palabras eran un mero susurro en el viento, con un dolor en el pecho me acerco

y con palabras suabes logro tomar el lugar de tu pañuelo y en mi hombro desahogaste todo tu dolor.

Fui tu pañuelo,

tu payaso,

tu poeta,

tu conciencia

y mas que todo tu mejor amigo.

Pasaron 8 años hasta que viste mis sentimientos y me correspondiste

nuestra primera cita fue tan perfecta como tu

nuestro noviazgo fue igual que pasar de la fantasia a la realidad

llego el tiempo de llevar nuestra relacion un paso mas adelante

donde Dios seria testigo y juez de este amor que nos prometimos eternamente

y la luna alumbro la noche para consumar el matrimonio.

Al dia siguiente dia pasamos la mañana y tarde disfrutando, empacando todo para la luna de miel

en la noche salimos mientras la luna se escondia en nubes oscuras nosotros

en taxi hibamos en carreteras oscuras,

dos luces se encendieron por mi ventana y corrian hacia nosotros con la velocidad de la muerte

te abraze y fue el abrazo del adios.

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