Archivo de la categoría: Todo Público

Quizá

Quizá no nos volveremos a encontrar

quizá no nos volveremos amar

quizá te voy a olvidar

quizá no me vas a recordar.

Quizá nadie te va amar como yo

quizá nunca encontraré a alguien como tú

quizá de otra personas nos volveremos enamorar.

Quizá este sea mi último poema

quizá tu seas la última estrofa

quizá tus seas las hojas

quizá yo sea las palabras

quizá tu seas el libro

quizá yo sea el bolígrafo.

Quizá las estrellas dejaran de brillar

quizá el mar no parara de llorar

quizá tú no me volverás a dar la mano al caminar

quizá nuestros labios no se volverán a besar.

Quizá volveremos a ser feliz

quizá volveremos a sufrir

quizá volveremos a vivir

quizá no volveremos a existir.

Quizá habrá más sinsabores

quizá habrá más dolores

quizá habrá muchos quizás

quizá no habrá ninguno

ya nada es seguro

eso sí te lo aseguro.

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LA PROMESA

 

Abril de 1666

Tess dio unos pasos atrás horrorizada, era tanto el miedo que sentía, que se quedó muda e inmóvil. La pequeña cabaña de madera pareció aún más estrecha por la figura de gran tamaño. Su cabello era azulado e igual el color de su piel escamosa, por sus rasgos, mujer. ¡Una Monstruo! Pero eso no era lo que la petrificaba. Era la habitación. Bañada por la sangre de sus padres y hermanos, esparcidos por el cuarto en posturas anormales. Notó como su madre empezó a mover la mano hacía ella. Sus ojos inyectados en sangre la apuraron para que se marchara. Que huyera lo más rápido posible, pero su cuerpo no respondía. Su madre a la que le faltaban las piernas y su brazo izquierdo, dejó de moverse mirándola aun fijamente con unos ojos ahora sin vida.

La bestia que estuvo en reposo mientras Tess veía la escena espantada, comenzó a brotar sangre sin parar por su boca, menguando su cuerpo. Soltando tal cantidad de sangre que pareciera que no la necesitara. Que esto solo había sido consumado por el simple disfrute, un juego. Una vez que acabó de expulsar lo que no necesitaba y que no iba a empequeñecer más, adquirió rasgos más humanos.

Tess sintió sorpresa y rabia al mismo tiempo. Apretó los puños con tanta fuerza que no se dio cuenta de que llevaba la muñeca de madera de su hermana pequeña en su mano derecha. La cabeza de madera cayó al suelo de la ahora silenciosa habitación, haciendo que el ruido retumbase por el espacio. Aunque su familia acababa de ser asesinada, su ira no era por ello ni la sorpresa porque fuera la asesina una humana, la única razón de ello era el hecho de que la conocía y supo entonces que esto era por venganza y no por diversión.

******

Todo empezó cuando a principios de invierno Tess atravesaba el puente viejo del lago, cerca del cementerio camino hacia su casa cuando una parte de este cedió, cayendo bajo ella tablones podridos de madera que rompieron la fina capa de hielo, haciendo que esta se hundiera en el lago helado. Ella sabía nadar, pero el hielo cedía ante su peso, su intento por subir fue inútil. Al poco tiempo su cuerpo simplemente se durmió y Tess dejo de estar en la superficie.

Pensaba que iba a morir, pero sintió algo o a alguien nadar cerca de ella, abrió los ojos y ciertamente podía percibir una figura borrosa oscura nadar alrededor de ella. Sabía que no podía ser un pez, esa figura era grande y alargada. Al momento su cuerpo noto un fuerte calor, era un alivio para su cuerpo entumecido que empezaba a calentarse, pero de nada le serviría, ya no podía aguantar la respiración y simplemente abandonó perdiendo la conciencia.

Notó que la cabeza le daba vueltas y de nuevo volvió a sentir el calor. Abrió  los ojos poco a poco. Veía el cielo nocturno despejado con muchas estrellas. Se dio cuenta de que estaba en el suelo tumbada con su ropa ahora seca. Sintiéndose mejor se puso en pie y se dio cuenta de que no tenia el vestido mojado por detrás de estar acostada en la nieve. Todo esto era muy extraño.

A pocos metros de ella se oyó un extraño chapoteo procedente de la orilla del lago en el que se había caído. Tess camino hacia la orilla y al lado de una roca grande con mucho musgo, vio para su asombro que había una mujer tumbada boca arriba. De cintura para abajo estaba sumergida en el agua.Tess sorprendida pudo ver el origen de aquel chapoteo. Aquella mujer en vez de sacar las piernas del agua, sacó una cola larga de pez azul que impacto de nuevo en el agua haciendo sonar aquel chapoteo. Tess no sabía cómo reaccionar.

La mujer mitad pez abrió los ojos de un color azul claro parecido al de su cola y la miró. Le ofreció una débil sonrisa muy agradable a la vista. Esta le dijo que no se asustara, que no le haría ningún daño y que si Tess estaba viva era gracias a ella. Había usado sus poderes para resucitarla y secarla. Así  no moriría de frío durante el tiempo que estuvo inconsciente. Tess se relajó por primera vez después de todo lo sucedido y quiso agradecerle ayudándola con lo que quisiera. Ya que la veía muy débil. La joven había acertado, la mujer le dijo que lo estaba tras usar una gran cantidad de poder y aceptó su ayuda.

La mujer sentada ahora contra la roca le dijo que había una forma de que se recuperara por completo. Tess escuchó atentamente lo que le decía. Tendría que volver dentro de un mes cuando ésta despertara de un sueño profundo, para así poder absorber parte de su fuerza y vitalidad de la joven. Como efecto secundario haría que Tess se sintiera demasiada agotada y mareada por un periodo de tiempo. Esto a la joven la asustó, pero no se echó a tras ya que era un precio justo por salvarle la vida y quería ayudarla.

Por ello le prometió que vendría dentro de un mes. La mujer dudó haciéndoselo prometer una vez más. Ya que si no venía, no se recuperaría y podría morir o peor, convertirse en algo horrible. Una vez le prometió por segunda e incluso una tercera vez, se giró y se marchó trotando hasta su casa. Ya era de noche y empezaba a tener frio. Además deseaba estar en su cálida casa rodeada de su familia que debía estar preocupada.

******

La mujer ahora humana y sin cola salió de la cabaña, sabía que no la mataría. Era una noche muy nublada y sin estrellas. Tess sin moverse ni una sola vez de su sitio tenía vistas al exterior de la casa. Vio cómo se alejaba hasta cierto punto, parándose para al instante virarse hacia la casa. La miró fijamente a los ojos. Solo dijo una cosa antes de evaporarse entre la niebla espesa que rodeaba toda la casa:

“No hagas promesas que no vayas a cumplir»

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Peleas Que Destruyen

Todo iba tan bien parecíamos ser perfectos el uno para el otro tan similares, recuerdo que yo era mayor que tu  pero ah decir verdad, la edad no importaba entre esta historia de amor, teníamos sueños grandes y ambiciosos nos jurábamos amor eterno, el «siempre juntos» resonaba. El destino no tenia buenas noticias el tiempo pasaba pequeñas peleas nos fragmentabas malas compañías nos orientaban y así nuestro amor terminaba, podía jurar que estaríamos juntos pero estuvimos tan cerca pero tan lejos de serlo no podía asimilar ese momento en que decidiste decir adiós, dolía recuerdo que dolía ese momento en que te vi tomada de la mano de otra persona sonriendo, te veías tan feliz, en ese momento supe perfectamente que no eramos el uno para el otro. te veías tan bien tomada de su mano que hasta celos me daban, eran sensaciones únicas que un hombre enamorado puede experimentar al ver como el amor de su vida es arrebatado en un pequeño momento. sabia que esto había acabado y que tu no volverías.

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QUE ES EL TIEMPO SIN TI

Quizás me retire de tus pensamientos

Como el fuego que se esparce con el soplar del viento

Quizás reitere el placer de haber compartido un sentimiento

Cuando de por si las estancias ya sean equivocas en pasares de momento.

 

Dulce mía hoy una furtiva lágrima se escapa por mi mejilla rebeldemente

Mientras por mis venas fluye la sangre caliente tal vez presintiendo que se acaba

Presintiendo que se acaba…

Presintiendo como aquel frio filo de la daga se incrusta en mi espalda

Hoy lógicamente esquivas las palabras o el razonamiento

Te esfumas como el humo y te pierdes en el viento.

 

Con el fugaz y efímero de tus besos

Que más nunca han de regresar o quizás han de volver con el tiempo

Pero que es el tiempo, ¿pero que es el tiempo sin ti?

Solo la despedida total del amor y el comienzo de un nuevo fin

Que es el tiempo sin ti…

 

-Alejandro Piza-

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UN PEQUEÑO PEZ

Hace mucho tiempo en las profundidades del océano vivía un pez, uno muy pequeño, este pez muy temprano se dio cuenta de que mientras sus amigos peces crecían, el seguía exactamente igual, sin embargo, creía que ser pequeño era un defecto, y así se lo hacían notar los otros peces, un día los peces jugaban todos juntos, menos el pequeño pez, de repente unas tenebrosas redes se sumergieron en el agua atrapando a todos los peces que jugaban, el pececito al percatarse de lo que sucedía intento avisar a los otros peces, pero no había tiempo, debía hacer algo.

¿Pero que podía hacer?

—Tan solo soy un pequeño pez. —pensó.

Nado y nado hasta el borde del gran buque, no encontraba como lograr detener aquella red que poco a poco emergía a la superficie a los demás peces, pero el pequeño pececito se da cuenta de que el gran buque tiene un orificio en el inferior de su cubierta, pero es demasiado pequeño casi imperceptible, rápidamente bajo y consiguió una pequeña rama que lograría introducir por la pequeña ranura, el pequeño pez no tenía la suficiente fuerza para lograr hacer más grande el orificio en la cubierta inferior. Pero en los grandes retos se conocen las grandes fortalezas. Unos cuantos tiburones rodeaban el lugar esperando hacerse con algún pez, más el pequeño pez llamaría la atención de estos, y al colocarse en peligro había conseguido que los tiburones le siguieran, el pequeño pez tenía un plan, se dirigió hacia la rama incrustada pero este cruzó sin dificultad por su diminuto tamaño, pero el tiburón por su enorme tamaño golpeó aquella rama, provocando que el orificio en la cubierta del enorme buque se hiciera considerable, el buque tambaleó. Y por esto los pescadores decidieron soltar la pesada red, dejando escapar todos los peces en su interior, el pequeño pececito comprendió que lo que realmente importa no está afuera. Esta dentro de nosotros mismos, en el corazón.

Una vez el percance finalizo los otros peces hicieron una gran ovación al pequeño pez, dándose cuenta que aun con un pequeño tamaño pudo lograr vencer tan enorme buque.

 

-Alejandro Piza-

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