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LAS PALOMAS Y EL HALCON

A las afueras de un pueblo hay un antiguo molino abandonado, donde viven muchas palomas, cada primavera las jóvenes palomas se preparan para encontrar pareja.

Este año un joven palomo llamado Steef, se prepara para conquistar a su amada llamada Luli.

A medio día, todos los palomos están listos para cortejar, los machos vuelan dando vueltas y piruetas para llamar la atención de las hembras, mientras que ellas se pasean coquetas.

Steef es el que más se esfuerza dando giros, vueltas y piruetas enfrente de Luli.

Luli observa a Steef. Él deja de volar para hablar con Luli.

—Hola Luli, eres la paloma más hermosa de todas, me harías el palomo más feliz sí aceptas ser mi compañera.

Luli acepta y ambos vuelan sincronizados por todo el molino.

Más tarde todos están con sus respectivas parejas.

De pronto, por el destruido techo, entra un halcón. Todas las palomas empiezan a volar, tratando de huir, el halcón mira hacia donde están Steef y Luli y los ataca. Steef y Luli vuelan para huir. Pero el halcón es más rápido y está a punto de atrapar a Luli.

Steef se percata de la situación he interviene dándole de picotazos al halcón, el halcón le da un aletazo a Steef, lo avienta, se golpea contra la pared y cae desmayado.

El halcón aprovecha la situación y atrapa a Luli con sus garras y se la lleva volando mientras Luli pide ayuda.

—¡Auxilio! ¡qué alguien me ayude!

Pero los demás palomos están demasiado asustados.

Momentos después Steef despierta y busca a Luli.

—¡Luli! ¡Luli! ¿donde estas?

 Un palomo se le acerca a Steef.

—Lo siento Steef, se la llevó el halcón.

—¡Por favor! ¡ayúdenme a rescatar a Luli! —dice Steef.

Pero todos se quedan callados, Steef insiste.

—¡Piensen! sí no hacemos algo ahora, mañana el halcón volverá y se llevará a alguien más y así será todos los días, además recuerden que Luli es amiga de todos y ella no abandonaría a nadie.

Después de unos segundos de silencio un palomo habla.

—¡Steef tiene razón! ¡vamos a salvar a Luli y a librarnos de ese halcón!

—¡Si, vamos! —dicen los palomos.

Todos los palomos agarran con sus patas piedras y palos, y se van en la dirección que tomo el halcón.

Mientras tanto el halcón había llevado a Luli arriba de un árbol.

—¿Qué vas hacer conmigo? —pregunta Luli.

—Ja ja, te voy a comer.

Después de algunos minutos, los palomos ven el árbol donde se encuentran el halcón y Luli.

—Ahí están, vamos —dice Steef.

El halcón está a punto de atacar a Luli, pero en ese instante los palomos empiezan a tirarle las piedras y palos, el halcón ataca a los palomos.

Steef aprovecha y se acerca Luli.

—¡Luli! ¡vámonos de aquí!

—¡Steef! ¡sabía que vendrías por mí!

Steef y Luli se van volando, pero el halcón los ve y los persigue.

—Steef, Luli cuidado con el halcón —grita un palomo.

El halcón sigue a Steef y a Luli. Steef ataca al halcón picándole un ojo.

—¡Escapa Luli! —grita Steef.

—Arg, me las vas a pagar —dice el halcón.

Steef vuela lo más rápido que puede, seguido por el halcón. Cuando el halcón esta a punto de atraparlo, Steef da un giro hacia la izquierda.

Por la velocidad que lleva, el halcón no puede seguir a Steef y se estrella contra un árbol quedando inconsciente.

Steef, Luli y los demás palomos regresan al molino, y el halcón no vuelve a atacarlos.

                                   FIN

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EL CASTOR PERSEVERANTE

Érase una vez, una familia de castores que llegaron a un río, ahí decidieron formar su nuevo hogar.

Inmediatamente todos los castores empezaron a elegir los árboles que usarían para construir el nuevo dique, la mayoría de los castores elegían árboles delgados para poder cortarlos rápido, y poder acabar pronto.

Un castor regordete llamado Ral, buscaba entre los árboles hasta que encontró el más ancho y alto de todos, de inmediato empezó a cortarlo, los demás castores se acercaron a él y le dijeron:

—¿Qué haces cortando ese árbol? para cuando lo acabes de cortar nosotros ya habremos terminado el dique.

Ral volteó a verlos y les dijo:

—Los árboles que están cortando son delgados y no servirán para el dique.

 Los demás le contestaron:

—Estas equivocado y te lo vamos a demostrar.

Todos los castores se pusieron a trabajar rápido para ganarle a Ral. Después de media hora dos castores terminaron de cortar sus árboles, uno de ellos le dijo a Ral:

—Ya viste, somos los primeros en terminar.

Ral los ignoró  y siguió trabajando.

Los dos castores empujaron los troncos al río, pero casi de inmediato el río se los llevó, Ral los miró y dijo:

—Se los dije, esos árboles eran demasiado delgados y ligeros.

Los demás castores siguieron trabajando. Media hora más tarde, cuatro castores terminaron de cortar sus respectivos árboles, los castores vieron a Ral y le dijeron:

—Ahora sí, con estos troncos haremos el dique y sin tú ayuda.

Los castores empujaron los troncos al río, por un momento los troncos bloquearon el pasó del río, pero minutos después los troncos se empezaron a mover y el río se los llevó retomando su curso.

Todos los castores fueron a cortar más árboles, media hora más tarde, Ral término de cortar su árbol, ya cansado empezó a empujar su árbol, y poco a poco, Ral llevó su tronco al río, el gran tronco cayó, y bloqueo el río, el río se filtraba por abajo y se pasaba por arriba, pero el tronco no se movía. Ral vio a los demás castores y les dijo:

—Ya ven, el árbol que corte es lo suficientemente grueso y pesado,  ahora hay que terminar el dique con los demás árboles.

Los demás castores cortaron más árboles y terminaron el dique.

                                    FIN

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LA HORMIGA Y EL CONSEJO DEL ESCARABAJO

En un hormiguero, todas las hormigas trabajan arduamente, unas salen en busca de alimentos, otras cuidan y alimentan a las larvas, otras defienden el hormiguero y otras más le dan mantenimiento al hormiguero para que no haya derrumbes.

Un día, una hormiga de las recolectoras llamada Zoe, iba explorando nuevos lugares en busca de alimentos. Zoe encontró un trozo de una manzana que callo de un árbol. Con mucho esfuerzo empezó a empujar el trozo de manzana. Poco a poco el trozo empezó a moverse.

Mientras Zoe empujaba el trozo de manzana, un escarabajo la observaba curioso, el escarabajo se le acercó.

—¿Qué haces con ese trozo de manzana?

—Lo llevo al hormiguero.

—¿Y para qué? ¿no sería más fácil comer lo que necesitas aquí e irte?

—No, porque lo llevo para que también coman mis hermanos y hermanas.

El escarabajo se alejó y se puso a pensar. Después de un rato se acercó nuevamente a Zoe.

—¿Y hay más hormigas recolectoras de comida como tú?

—Si, somos cincuenta.

El escarabajo sonrió malicioso.

—Ya ves, para que te cansas empujando ese trozo de manzana, total si tú no llevas nada, las otras cuarenta y nueve si llevaran comida.

Zoe dejó de empujar la manzana y se puso a pensar.

—Tienes razón, para que me canso, total las otras si llevaran comida.

Zoe hizo caso del consejo del escarabajo. Comió una parte del trozo de manzana y luego se fue. Al llegar al hormiguero, Zoe observó como las demás recolectoras llegaban con la comida, ella entro al hormiguero y pensó:

«Cuanta razón tiene el escarabajo, si yo no traigo comida no pasa nada»

Al día siguiente (siguiendo el consejo del escarabajo) Zoe decidió no ir a recolectar comida, y se quedó en el hormiguero descansando. Una hormiga encargada de alimentar a las larvas llamada Lixi, vio a Zoe que no hacia nada y se acerco a ella.

—¿Qué haces?

—Estoy descansando.

—Pero debes de recolectar comida como las demás recolectoras.

—Somos cincuenta las recolectoras, si yo no recolecto no pasara nada, tú deberías de hacer lo mismo y dejar de trabajar tanto, total hay más hormigas para que alimenten a las larvas.

Lixi se quedó pensando.

—Creo que tienes razón, dejaré de trabajar, total si yo no alimento a las larvas, otras hormigas si lo harán.

Al día siguiente, Zoe y Lixi no trabajaron. Una hormiga que se ocupaba del mantenimiento del hormiguero llamada Lía, las vió y se acercó a ellas.

—¿Por qué no trabajan?

—¿Para qué? si las demás ya están trabajando —respondió Zoe.

—Tú deberías de hacer lo mismo, total, por una hormiga que no le de mantenimiento al hormiguero no pasará nada —dijo Lixi.

Lia les hizo caso y dejo de trabajar. De ese modo, día tras día, faltaban más hormigas al trabajo, hasta que un día, todas las hormigas dejaron de trabajar. La comida empezó a escasear, las larvas lloraban porque nadie las atendía y el túnel se empezó a agrietar. La hormiga reina se dió cuenta de lo que pasaba y se acercó a una hormiga soldado que estaba descansando.

—¿Por qué no trabajas?

—¿Para qué? si yo no trabajo no pasa nada, que trabajen las demás.

—¿Quién te dijo eso?

—Lia.

—¿Lia? Pero si ella es muy responsable.

—Ella también está descansando.

—Eso lo tengo que ver.

La hormiga reina se fue a buscar a Lia. Cuando la encontró se acercó a ella molesta.

—¡Lia! ¿por qué no estás trabajando?

—¿Para qué? que trabajen las demás.

—Eso mismo me acaba de decir otra hormiga, así que tú eres la que ha inventado eso.

—No, eso me lo dijeron Lixi y Zoe.

Al oír eso, la reina partió en busca de Lixi y Zoe. Después de un rato encontró a Lixi.

—¡Lixi! Me han dicho que tú y Zoe le andan diciendo a las demás hormigas que no trabajen.

—Si.

—¿Por qué inventaron eso?

—Yo no lo inventé, fue Zoe.

—Y ¿donde está?

—La última ves que la ví estaba en la entrada del hormiguero.

La reina se fue en busca de Zoe. Cuando la encontró Zoe estaba acostada.

—¡Zoe! Ponte de pie.

Zoe obedece y se levanta.

—¡Zoe! ¿por qué inventaste decirle a todos que no trabajen?

—Yo no lo inventé me lo dijo un escarabajo.

—¿Un escarabajo?

—Si, me lo topé un día que salí a recolectar comida.

—Zoe, por bueno que parezca no siempre hay que hacer caso de los consejos de los demás, en especial de desconocidos.

Zoe se puso a pensar.

—Mira bien a tú alrededor, no hay comida, las larvas están llorando, el túnel se está agrietando y sin los soldados estamos expuestos a que nos ataquen. Si una hormiga no trabaja quizás no pase nada pero da la casualidad que todos piensan igual. Todos somos importantes para la colonia.

—Tiene razón reina, ayer se acabó toda la comida y hoy no he podido comer nada.

—Bien Zoe, ahora ayúdame a reunir a todas las hormigas.

Zoe y la reina reunieron a las demás hormigas, hablaron con ellas y las convencieron de volver a trabajar.

                                   FIN

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Como Los Patitos Feos

En un pueblo alejado de la ciudad, un pueblo tranquilo, cálido, amistoso.Una mañana como otras, una tormenta nació sin ninguna razón y dejó al pueblo sumergido en oscuridad y tristeza.Todos los habitantes trataron de luchar contra esa realidad. Pero nadie encontró las herramientas. En esa profunda oscuridad nació una niña diferente al resto de los pueblerinos.Su nombre era Guadalupe, con facciones suaves, ojos brillantes y una sonrisa eterna como el océano iluminó aquella casa, pero una enfermedad desconocida le robaba los movimientos y cada vez que ella quería correr o caminar como cualquiera de los otros chicos, un dolor la atacaba dejándola inmóvil.Muchos decían que la tormenta se le había metido dentro del cuerpo. Y a pesar de sus esfuerzos por parecerse al resto de los chicos, todo le costaba el doble.Su mamá le contaba antes de irse a dormir el cuento del patito feo y Guada la escuchaba con atención ,con esos inmensos ojos marrones brillantes, pero sin entender demasiado, guardaba la esperanza de convertirse algún día en cisne.Sin comprender porque a ella se le había metido la tormenta dentro de su cuerpo y refugiándose en sus sueños , le pedía a Dios que la ayudara.Crecío entre pinchazos, pastillas amargas y lagrimas de dolor pero también de felicidad, mucha fantasía, magía y también alegría.!!!!!Corrió como pudo, caminó con su pasos lentos construyendo su propia historia.Algunos se hicieron amigos leales y aprendieron a acompañarla.Después de largas jornadas su mamá seguía contándole el cuento del patito feo. – Todos somos distintos, y eso no está mal.!!!Pero Guada no se resignaba.Una tarde un médico, reumatólogo infantil le explicó que la tormenta no tenía nada que ver y que ella padecía de una enfermedad que se llamaba artritis idiopática juvenil. Que no tenía cura por el momento , pero que muchos trabajaban duro para encontrarla.Así fué como buscaron tratamientos efectivos para ella. Y con el tiempo lograron encontrarlo, de a poco corrió y caminó con pasos más velocesy los dolores se fueron . El doctor le contó que tiempos de felicidad se aproximaban, pero debía estar preparada para vivir momentos difíciles.El pueblo recobró como nuestra amiga la alegría perdida y aquella tormenta solo fué un recuerdo del pasado.Guada se convirtió en un hermosa mujercita y entre risas y aventuras, amigos y carreras en el parque construyó su felicidad.De la nada misma, una tarde, el cielo se oscureció y la tormenta regresó.Una mujer sabia que vivía en la montaña, les dijo a los habitantes intranquilos y ansiosos por encontrar una salida, que solo una niña que conociera el valor de la esperanza se enfrentaría a la tormenta venciéndola con su fe.- Entre los muchos niños nacidos durante estos últimos años, todos distintos e iguales , una niña buscara entre sueños eternos y no tán lejanos el camino a la esperanza!!!! Rastrearon en cada una de las casas del pueblo y como en el cuento que su madre le contaba, entre un grupo de patitos, todos iguales, un cisne se paró y señaló el camino.Esa tarde los habitantes del lugar caminaron atrás de Guada, parada en la parte más alta del campo, con mucho miedo, le susurró unas palabras a la tormenta. Nadie pudo escucharlas.Pero para sorpresa de ellos, el cielo se abrío y la tormenta se esfumó.Parada entre la gente, se sintió segura, tal vez algún día la tormenta volviera pero ella empezaría a caminar de nuevo hacia la parte más alta del campo para vencerla.Con ayuda de todos , como lo hizo con la artritis, se convirtió en el cisne más lindo, grande e imponente del pueblo.Encontró y aceptó sus diferencias , sabiendo que cada uno de ellos tenían las propias.En un pueblo alejado un niña se transformó en la guerrera más admirada y querida, dispuesta a dar batalla tantas veces como fuera necesario para vencer a la cruel tormenta.Alguien escuchó las palabras que esa tarde Guada susurró y dicen que algo así dijo: – Sabés algo tormenta, a pesar del miedo sé que mi fe es más fuerte y que estoy dispuesta a caminar una y otra vez para enfrentarte, como lo hicieron otros.Con mi esperanza y mis sueños , como aquel cisne descubrío y construyó su historia , estoy dispuesta a pelear con vos y ganarme la alegría de sentir el calor del sol, por más que a veces no se vea. !!!! Esas fueron las palabras que espantaron a tán temible enemigo.En un pueblo tranquilo, amigable una niña se prometió defender su felicidad y otros cisnes de lugares cercanos supieron que no estaban solos. ===\\

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Felipe, El Lobito De Mar.

Felipe, el lobito de mar travieso, está muy preocupado. Sentado sobre la arena, patas para arriba, piensa y piensa. ¿Por qué será que el cielo no es tan azul como antes? ¿Cuánto tiempo hace que la gaviota Gertrudis no viene a visitarlo? ¿Por qué no puede nadar libre? Antes el mar era transparente, uno podía cazar tranquilo. ¡Es tan divertida la aventura de buscar comida! Pero en este presente ¿Quién puede conseguir lo que busca cuando todo es tan escaso? Es escasa la luz, escaso el olor a sol. Todo escasea menos la mancha negra que nació una mañana y crece y crece en medio del mar. Ella es implacable se traga los peces, las aves, cualquiera que se acerque corre esa suerte. La costa está vacía, mira Felipe desconsolado, no se escuchan risas de niños, ni esa música que le gustaba tanto. Los aviones no dejan de volar. Atacan a la mancha con líquidos que arrojan desde el aire. Fulgencio, el lobo anciano, no tiene respuestas. Ni sus investigaciones secretas pueden explicar lo que está pasando. Doña Carmela, la foca gritona, no deja de protestar- ¡No hay derecho que ensucien nuestra piel! – Estas manchas no salen con nada ¿Qué piensan Señores? El mar no es un tacho de basura. Los bebés Lobos ya no pueden andar solos jugueteando entre ola y ola ¡No hay derecho! El bagre bigotudo, en su idioma marino, contó que se va a mudar con sus amigos – Mi casam está totalmente destruidam ¡No hay salidam. No hay salidam!- -Y con este olor inso inso insoportable ¿Quién puede a a aguantar?- gritaba el cangrejo tartamudo. Mientras el viento no haga de las suyas, la mancha permanece inmóvil, pero muchos lobitos bebés se animan a acercarse a ella. Una vez que la muy traicionera te atrapa quedas empetrolado. Dicen los que saben que si no te ayudan los humanos las chances de seguir viviendo también son muy escasas. Los lobitos corren el riesgo de quedar sin protección en su piel. Felipe piensa y piensa todas las mañanas. Buscando encontrar una solución, porque las que dan los humanos no son suficientes. Y no quiero ser aguafiestas, pero andan tanto con ese avión tirándole vaya a saber qué a la mancha ¡Qué no sea cosa que la mancha también se coma al cielo! ¿Pero quién viene esquivando nubes? ¿Es o no es? Si, por fin. La gaviota Gertrudis, la gaviota viajera seguro trajo respuestas. – ¡Llegué, llegué! Novedades traigo novedades ¡El sur está limpio! Todos los lobitos aplaudían de alegría, menos Fulgencio. -¿Qué pasa abuelo no te estás contento? -Nosotros los más viejos somos lentos. Y si todos nos vamos ¿Quién custodiará la costa? Los ojitos negritos de Felipe se hundieron en el fondo del mar junto con sus esperanzas. Ya han pasado varios días, semanas y las piedras de la isla están desiertas. Solo la mancha es la única huésped en la playa. A varios kilómetros la gaviota Gertrudis tiene un arduo trabajo, es la guía de tan torpes pero perseverantes viajeros. Su aleteo no deja de mover a la esperanza. A la cabeza como capitán, el lobito Felipe no deja de cantar junto al cangrejo tartamudo una lar lar larga canción. Creo amigos que tendré que preparar mi equipaje y marchar con ellos, como dicen los humanos emigrar. Yo prefiero decir que voy en busca de esperanza y nuevas aventuras. Fin

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