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Una Tarde En Curazao.

Paseo de primavera.

Una tarde en Curazao.

 

Llegue retrasada un día de primavera desde el avión logre divisar todas tus fronteras. Eres más mar que tierra pero tienes una historia que se te mete en las venas.

Una fortaleza amena, una gente que dan ganas de abrazar al verla. Una tarde estuve en compañía de una cerveza, el blues sonaba de fondo tenía la mejor audiencia, muchos forasteros soñando con vivir en tus tierras.

Aquel hermoso puente que de un lado a otro movía en faenas, cantidad de gente perdida en tu lindeza, intente leer un libro que ingenua era, no podría concentrarme estaba en plena escena de aquella belleza.

Me dio un poco de risa la extraña ocurrencia de una sirena que paso entre el agua y la arena, nadie la vio fui la única hambrienta en saber más de ti aunque tú ya demostrabas a legua quien eras.

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LA CHICA

Conocerte es lo mejor que me ha pasado
Tenerte en mi vida es como un milagro
Eres la chica más hermosa que conozco
Me hipnotizas con ese par de ojos
Al escuchar tu voz mi corazón se acelera
Al saber que eres mía mi vida se completa
Porque eres tu esa chica con la que yo he soñado
La que me quita el sueño y su amor es un regalo
Si pudiera bajarte el cielo y las estrellas te juro que lo aria
Pero como yo no puedo a cambio te entrego mi vida
Eres única, hermosa y nadie se te puede comparar
Se que no existe nada perfecto pero eres como un atardecer en el mar
Así de hermoso así de bello
Eres poesía en mi libreta que hoy expreso

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Bebo De La Copa Sagrada

Bebo de la copa sagrada de tus labios

queriendo un poco más y mujer cruel e inclemente

voltea sus labios haciéndome tambalear.

Trepándome de ramas suaves y mojadas subo hasta el infinito y más allá,

copa sagrada son tus cabellos; y al beber de ella suelo delirar.

Fundido en sus pechos, cual vino enfriado por tus dones

me embriago sin reparar, copa hechicera ten piedad

de este tu humilde mortal.

Cruzando por los ríos de aquel fino vientre,

donde mi aliento perdiese,

al beber de esa copa sagrada y

una mirada suplicante a mi diosa le hiciese.

Recorriendo el largo camino de tus piernas suaves y bellas

como un amplio vergel

me adormezco en los mares de tú copa sagrada ¡Oh sublime mujer!

En templos venerables y sacrosantos,he posado mi pecador ser,

así que arrodillado  beso tus pies cual suelo santo es para mí,

tu copa sagrada y mis labios impúdicos pongo en ellos

Rojas aguas escarlata, siento venir hacía mí,

adentrarme en ellas quiero,

aunque pierda la vida ahogándome allí,

pues copa sagrada son tus pétalos rojos,

que me han vuelto loco de remate y sólo puedo estar alucinando y en frenesí.

Toma mi alma si quieres, hoy te la entrego a ti,

pídeme lo que sea pero no me dejes

sin ese elixir que es tu copa sagrada,

dulce vino que me llena la vida, la existencia y me aleja del fin.

Embriagado y en éxtasis me encuentro  yo,

dame un trago pues no quiero regresar,

es tu copa sagrada la que me alegra y hace volar,

me importa  poco si la vida pierdo; adicto y atado a ti he de quedar.

Bebo de la copa sagrada,

ya no queda más que implorar,

porque el destino cruel no se empeñe en alejarla,

condenando mi alma al olvido y también a la maldita soledad!!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Un Café Para Dos

Una nueva oportunidad.

En un país lejano habían 2 seres que se querían y se amaban. El un chico humilde que trabajaba para complacer a ese ser especial. Un caballero de esos enchapado a la antigua noble de corazón, cortes y educado.

Él, la quería daba todo por ella ya eran 14 años de amistad y 6 de noviazgo. Una mañana al despertar una corazonada de esas que no suelen fallar le dice, hoy es el día perfecto. Él llama a su enamorada al trabajo. Ella contesta con tono de voz mal humorado, querida hoy vamos a cenar, te tengo una sorpresa. Ella responde de forma afirmativa si claro nos vemos.

Al caer la tarde era una  fría y lluviosa, ese día era mágico, el día donde le propondría matrimonio. Gasto el poco dinero que tenía; un anillo, una reservación en un restaurante, un ramo de flores muy peculiar una rosa roja y girasoles sus favoritas.

Lo que él no sabía era que en esa tarde que se convirtió en noche, su amada nunca llegaria.

El restauran estaba cerrado recogían las mesas. Se le acerco una chica y le dijo con una voz sutil,  con un poco de tristeza. Señor ya el local va a cerrar una lástima que a quien espera no llegara.

Resignado le dijo es una lástima yo la quería, tú debes ser muy afortunada si tienes alguien que te quiera. Ella bajo la cabeza y una lagrima bajo por su mejilla. El rápidamente le ofreció un pañuelo para secar esa lagrima como todo un caballero. En ese momento le propuso, te invito un café, pero un café para los dos.

Del otro lado de la acera llego una chica y vio a la feliz pareja.  Ella salió corriendo, era la enamorada que llego tarde.  continuara…  

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Pidiendole Perdon Al Cielo

Tu, acostada como si nada pasara
Allá arriba donde una gran distancia nos separa
Te hablo, pero no me escuchas
Sabes que estoy allí, pero no me sientes
Lloro, pero ya no secas mis lágrimas
Tengo frío, pero tu calor no esta
Quiero abrazarte, pero me veo obligado a matar las ganas
Quiero despedirme, mi presencia no estaba cuando te fuiste
Dios, ¿por que me la quitaste cuando más la necesitaba?
Ahora que toda mi vida poco a poco se acaba
La valore, pero quizás no lo suficiente
Si acaso es una lección, es muy fuerte
Si este dolor es para toda la vida prefiero la muerte
A ti, te pido perdón por todo lo que hacia
Tu corazón era tan grande que yo no cabía
¿Por que no me di cuenta a tiempo que no te merecía?
Aun estuvieras aquí vida mía
¿Como recibo tu perdón si no me escuchas?
Te necesito aquí para ganar esta lucha
Si hubiera una forma de estar contigo
Sin mapa y brújula iría por ese camino
Quizás mi reloj se canse de esperar
Pero el tiempo de mi amor nunca se detendrá
Quizás el destino me presente un nuevo rostro
Pero no me dará las esperanzas de encontrar curas para este corazón roto
Me despido y de nuevo el viento se roba mis palabras
Con la duda de si algún día podrás escucharlas
Nos veremos en otras vidas o quizás en la misma muerte
Seguiré estando en pie… Deséame suerte
Autor: Jose Jesus Borjas.

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