Carta de Amor- La Habana, 9 Agosto 1979.
¡Hola!
Muchas han sido las ocasiones en las que he pensado como escribirte y varias ideas abordan a brotar como tenue recuerdo, ahora, donde hablo, sonriente, y no está en foto sólo está en el corazón al brote de cada mañana, del cuerpo las flores todas, del alma por los senderos todos y en floral todo natural a cantar sus colores y del placer matinal en sueños pasea, forma verídica, sin olvido. Lineando las rutas con delicia lo mismo que un fuego con su aire, mágico de si, que viese lo de fuera desde fuera y desde dentro lo de adentro, la delicia y fuerte realidad de la imagen exacta, de la época total, todo se hacía vista en ello, gloria en primor y en gran ternura distinta y única.
A ti mismo, a ti sólo y en tu misma y sola plenitud de plenitudes, por encontrarte o porque yo te encuentre. Incesante rumor me hizo evocar el inmenso definir de voz en su desnudez sola donde en ti esta todo, que solo, que exacto, de ti mismo. En el fondo del amor, el horizonte que cita, cada instante, cual en mi mente, tus trazos van, como mis pensamientos, vienen y van, van y vienen en una fineza remota, y en perenne saber de buena tinta, punto, mar, y olas ya habidas. Eres tú, y no lo sabes, tu corazón palpita, y en su plasmar ¡que plenitud de soledad esencia anidada que empuja mi pluma!
Nitidez, ahora descubierta, y en su punto, por lo que subrayo, en lo conciso ¡cuán abatido! en usual vida, que brisa azul siempre por naturaleza ¡que salón confiere para este hoy, esencia en el amor, el amor lleno! Forma señalada y lograda, y tu esencia esta en mí, como mi forma, como en todos los moldes llenos, así figura en ti, pero tú, ahora, eres la gracia que das sostén a mi corazón, el perenne amor, y a gozo fúlgido, ocupante total del movimiento de los colores, de la sutileza, tu voz de fuego blanco.
Sueño que hoy llena mi mundo de aroma, y que ambos le dimos un botón de primavera, y que tú lo soñaste también. Tú ¡qué alegría mejor pudo delinear el sentimiento, y que basta con ser del puro pensamiento, para mi pensar necesario al yo lograr crear esta carta en floración de primavera, la flor en luz de tu puro sentimiento diseño lúcido y en flor nacida, yo lo siento dentro.
¡Qué hábitat mejor, que mayor dicha de esta natural belleza, enamorado libre, en infinita plenitud presente, ausente, del alma de caminos que ha llegado a mi vida en único abrazo de gloria! Y salto de la noche a un cobijo del signo y del acorde. Y todo queda ante la vista cielo y corazón, vigente, lo mismo, como ayer, como antes! Y al ciclo, sin olvido, el tú en lo recto, el tú que eras, el tú que ha sido, el tú de ello, mío, nuestro, allá en el fondo de bello jardín florecido. ¡Eres tú, fuiste tú! digo, y yo, fuimos, somos, ya a espacio pleno a pasear entre las rosas.
Milagros Piedra Iglesias ©
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